Mensaje para la oposición

Más que un mensaje es un análisis de su actuación antes de las elecciones y del resultado de éstas.
Primero, deben dejar de llevarse única y exclusivamente de las encuestas. Si bien es una herramienta importante para orientarse acerca de cómo están los aspirantes a cargos electivos, las encuestas no pueden sustituir la elección de los miembros de sus organizaciones y de la ciudadanía en general. Las primarias es un método democrático de elección, no así, las encuestas.
Segundo, deben cesar las imposiciones. Muchas fueron las que se produjeron. No es democrático.
Tercero, deben estar los intereses de los ciudadanos, del colectivo, por encima de los individuales. En la oposición hay muchos que miran la política como medio para el enriquecimiento indebido. La mayoría de los dirigentes oposicionistas no aguantan una investigación seria y responsable. Viven en Miami.
Cuarto, debe haber un programa, proyecto país, en lo nacional, regional y local, y en lo internacional. La campaña impidió ver qué programa se le presentaba al electorado.
Quinto, la oposición es variopinta. Es democrático. No es democrático la polarización.
Sexto, se requiere que la oposición vaya trabajando por la existencia de partidos robustos en lo ideológico y en lo organizativo. La unidad es una cosa; no se logró, por eso, la pérdida de muchos espacios.
Séptimo. Si bien es cierto que la oposición ganó un buen espacio, ya de todos conocido, no es para cantar victoria. Supone un reto: hacerlo bien, servir bien, resolver problemas.
Octavo. La oposición debe luchar por la unidad de todos los venezolanos. Sin distingos de ningún tipo.
Noveno. La oposición debe ser consecuente con lo que predica y lo que hace. Si no está de acuerdo con la releeción, que ésta sea en todos los níveles de gobierno. Si no está de acuerdo con las cadenas no hacerlas en lo regional.
Décimo. La oposición debe luchar por fortaleza institucional a todos los níveles. Velar por la independencia de los poderes. Velar por la sanidad en los manejos de los recursos públicos y tener bien definida una política anticorrupción.
Décimo primero. No criticar los vicios en los demás y no ver los propios.
Décimo segundo. Luchar por la vida y la seguridad de los venezolanos. Desenmascar a los que constituyen las maffias de ladrones de carros, narcos y secuestradores. Decir quiénes son, dónde están. Y caerles encima, con todo.