lunes, 21 de junio de 2010

Por la codicia se mata

El décimo mandamiento reza: No codiciar los bienes ajenos.
En 1 Re 21, 1 – 16 hay narrado un caso de codicia, que paso a analizar.
Primero: breve relato bíblico.
Nabot de Yesrael – región fértil cerca del río Jordán – tenía una viña cerca o contigua al palacio del rey Ajab, de Samaría. Él le propuso a Nabot que se la vendiera. Nabot no aceptó por ser la herencia de sus padres.
El rey va a su casa, triste, y su mujer, que era extranjera, perversa, se burla de él y le dice, ¿no eres tú el rey poderoso que manda en Israel? Levántate, come y alégrate que yo te daré esa viña.
Sus maquinaciones llevaron a enviarle cartas a los ancianos o notables de la ciudad y a dos mentirosos. Les movió a actuar, a delinquir, afirmando, falsamente que, Nabot, había ofendido a Dios y al rey.
Los mentirosos se prestaron en número de dos a ser testigos falsos.
Y en base a ese testimonio, sentenciaron a Nabot a ser apedreado. Lo hacen, asesinándolo.
Análisis de este caso de codicia.
Primero, ¿qué es codiciar? Es afán excesivo de riquezas; es avaricia, es envidia, es rapacidad.
La codicia es contraria al desinterés. Es un vicio. Es un pecado mortal.
Segundo, como pecado, es un pecado muy grave; junto a él, van otros, como el soborno, asesinato, violencia…
Tercero, por la codicia se es capaz de matar.
A Nabot lo matan para arrebatarle su viña. Herencia de sus padres.
Es acción de poderosos en su afán desordenado de acumular riquezas que les lleva al soborno, al fraude, al robo y a la violencia.
Cuarto, a Nabot le aplican la infamia y la mentira.
Le aplican tres leyes: Una, la pena de muerte por lapidación (Lv 24, 16); otra, la exigencia de dos testigos (Dt 17, 6): y la tercera, apedrearlo fuera de la ciudad para no contaminar ésta.
El poder sin límites morales actuó codiciosamente y mató a Nabot (Miq 2, 1).

lunes, 14 de junio de 2010

Aquellos que los dioses quieren destruir, primero los enloquecen

Es de Eurípides el título de estas notas.
Todo lo que va a ser su desarrollo – me refiero a las notas – ocurrió en México cuando Andrés Manuel López Obrador fuera candidato a la presidencia de México.
Inicio diciendo que, ningún movimiento debe radicalizarse, porque se pierde la comunicación entre todos los sectores de la vida nacional. Se pone de “ejemplo” (comillas de RIB) a Venezuela donde no hay agua tibia: o todo es negro o todo es blanco. En el libro, Amanecer en el Zócalo, Los 50 días que confrontaron a México, escrito por la laureada escritora Elena Poniatowska, en forma de crónica y de novela, tratando de ser receptora de todas las posiciones políticas en juego, sin dejar de reconocer su apoyo a López Obrador, está Venezuela como “ejemplo” de polarización. El libro se publicó en el 2007.
Venezuela hoy está obligada a recomponer el tejido social rompiendo la polarización en aras de la auténtica y verdadera Unidad Nacional, sin desmerecer los esfuerzos que, cualquier sector, haga en ese sentido, por ej., el de la MUD.
Invitaban en esos días a la Resistencia Civil que es frontera entre el pacifismo y la desobediencia, citando a Gandhi, Martín Luther King, y esgrimían por fundamento las posiciones filosóficas de H.D. Thoreau.
Los políticos pretenden resolver todo a través de la justicia que ellos se encargaron de destruir.
El Estado de Derecho es respetable sólo cuando exista la certeza social de las mayorías que el gobierno lo acata.
El malestar social no surge de la paz, sino de una violencia previa. México es un país de millones de excluidos, en su mayoría, indígenas. Es agresiva la riqueza, la pobreza es la que aguanta.
A José Martí se le cita en su afirmación de que todo un pueblo puede tener la dignidad de un solo hombre.
Sólo un cambio verdadero garantiza en México, Patria para todos.
La ley es incómoda cuando se aplica y cuando debemos someternos a su lógica. Pero más peligroso es favorecer la consolidación de un poder que se acostumbre hoy y mañana a no tener ley.
Poniatowska sostiene que la derecha de toda América latina usa a Chávez para asustar a la gente. Es el nuevo Fidel Castro.
Se hacía mención a la falta de debate y a la falta de proyecto país.
Se afirma que un buen cristiano es el que realmente se preocupa por su prójimo.
Democracia es diversidad, pluralidad, escuchar a todos, ya que, oír al otro engrandece.
Levantarse en armas, no; levantar las almas, si. Es una revolución de las conciencias. En esto de las revoluciones hay una cita de I Ching: “Las revoluciones que mejoran, que regeneran, son siempre necesarias, sin embargo, hemos de tener en cuenta que toda revolución significa conflicto, lucha, antagonismo, oposición. Por eso las revoluciones son algo serio a lo que sólo hay que recurrir en momentos de verdadera necesidad, en aquellos momentos en los que no queda otra solución”.
Andrés Manuel López Obrador es un caudillo, que se dice de izquierda y después dice que no lo es. No escucha. No escoge buen equipo. No es estadista. Es más agitador social que estadista. El PRD se debatió entre ser partido y movimiento social a la vez. Como ser gobierno y oposición conjuntamente. Él lanzó al Zócalo a sus seguidores, millones, por cierto, porque consideró, con pruebas irrefutables, que hubo fraude a favor de Felipe Calderón. Denunció el inmenso ventajismo que venía del apoyo de Vicente Fox a Felipe Calderón.
Hay una parte del libro-crónica, tipo novela, donde se deja sentado, que el mundo va hacia la derecha. Que eso responde a una balanza izquierda luego derecha para que todo siga igual o peor. El poder de la izquierda es hoy más potencial que real…
Cuauthémoc Cárdenas, en carta dirigida a Elena, desenmascara a Andrés Manuel López Obrador afirmando que, su proyecto económico era el mismo de Carlos Salinas de Gortari, y el que hubiera puesto en ejecución de haber sido presidente.El libro de Elena Poniatowska habla más allá de las fronteras de México. ¿Verdad?

domingo, 6 de junio de 2010

Juntos como hermanos, miembros de la Iglesia

“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt 16, 18)
Cuando estoy en la iglesia Santísimo Sacramento, de la Urbanización Las Lomas, observo en varios sitios un afiche donde se hace un llamado – invitación a los jóvenes a hacerse sacerdotes. En ese afiche se aprecia la figura de un eximio sacerdote. Se trata de Monseñor Domingo Roa Pérez, quien fuera Arzobispo de Maracaibo durante muchos años y quien se ganó el respeto, la admiración y el querer de la feligresía zuliana. Que brille para su espíritu la luz eterna.
Es una invitación que lleva implícita la falta de muchas vocaciones sacerdotales. Se ha dicho que, en la Iglesia, planetariamente hablando, cada día hay menos curas. Hay mucha mies y pocos servidores.
Lejos de constituir una preocupación, la Iglesia ya tiene soluciones que pasan por caminar juntos como hermanos, sacerdotes, diáconos, laicos comprometidos y preparados, grupos y fieles en general. Y es que, durante su historia sagrada, la Iglesia siempre ha sido movida por el Espíritu Santo para encontrar sabiamente soluciones a las crisis, tempestades y tormentas internas y externas.
“…a los laicos hombres y mujeres, en razón de su condición y misión, les corresponden ciertas particularidades, cuyos fundamentos, por las especiales circunstancias de nuestro tiempo, hay que considerar más profundamente. Los sagrados pastores conocen muy bien la importancia de los laicos al bien de toda la Iglesia” (Constitución Jerárquica de la Iglesia y particularmente el Episcopado. Capítulo IV. Los laicos. Concilio Vaticano II).
Es importante destacar lo de la obediencia de fe y su observancia. El ejemplo a seguir es el de Cristo, “…aceptar con prontitud y cristiana obediencia todo lo que los sagrados Pastores como representantes de Cristo, establecen en la Iglesia en su calidad de maestros y gobernantes. Y no dejen de encomendar en sus oraciones a sus Prelados…” (Constitución citada).
“Los sagrados Pastores, por su parte, reconozcan y promuevan la dignidad y la responsabilidad de los laicos en la Iglesia. Recurran gustosos a sus prudentes consejos, encárguenles, con confianza, tareas en servicio de la iglesia y déjenles libertad, campo de acción, e incluso denles ánimo para que ellos, espontáneamente, asuman tareas propias. Consideren atentamente en Cristo, con afecto paterno” (Cfr. 1 Tes 5, 19; Jn 4, 1. Constitución citada).
Maestros para formar y capacitar a laicos. Que éstos – fieles cristianos – apoyados por sus párrocos (con el párroco siempre, contra el párroco nunca), acudan, voluntariamente, a formarse en los institutos y universidades católicos.
Es necesaria esa formación para la existencia de buenos catequistas y eficaces ejecutores de los numerosos ministerios de la Iglesia.
La evangelización depende de buenos catequistas.
Un sacerdote, destacado biblista, nos decía siempre que él prefería un laico preparado y no un sirviente de cura.
Las crisis están haciendo mirar hacia atrás sin dejar de mirar el presente y todos los avances. Hay que volver al Evangelio, a Cristo y a su debilidad, que es la forma de ser de la Iglesia. Es renovación que no revolución.
La realidad del laico ha de ser comprendida a cabalidad en medio de un mundo en mutación. La Iglesia lo entiende, por su sabiduría inspirada por el Espíritu Santo.
Oración. Señor permite a los sagrados Pastores caminar siempre juntos - como lo han venido haciendo - con diáconos, laicos preparados y feligresía en general, en beneficio de la Iglesia que tiene como cabeza a Jesucristo. Dios mío, permite que hayan más sacerdotes, muchos pero muchos más, santos y sabios, comprensivos de la mutación del mundo actual.