lunes, 31 de mayo de 2010

OCCI - Orientacion Cristiana y Ciudadana Junio 2010

“Me esfuerzo por tener constantemente una conciencia limpia ante Dios y ante los Hombres” Pablo (Hechos 24, 16).
Editorial. Varios acontecimientos se celebran en junio: El Día Nacional del Abogado, el Día nacional del Ejército, el Día de la Batalla Naval del Lago, el Día de San Pedro y San Pablo y el Día de los Padres. Al hombre de leyes le corresponde asumir un reto: hacer que se cumpla la Constitución, y a los hombres en armas, que éstas estén al servicio del pueblo. Ambos profesionales deben velar, conjuntamente con todos los venezolanos, y la mirada del mundo, por unas elecciones parlamentarias prístinas, claras, transparentes y legales, el 26 de septiembre próximo. Que ese día, masiva y pacíficamente, se vote, acorde con la conciencia y en cumplimiento al compromiso con Venezuela y su libertad.
San Pedro y San Pablo son modelos de fe. Por ellos el cristianismo se difundió por todos los confines del planeta. Como buenos cristianos y ciudadanos sigamos su ejemplo.
Lee y estudia la Biblia. Te recomiendo que leas y releas el capítulo 11 de la Biblia, la Carta de Pablo a los Hebreos… Se inicia así: “La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de lo que no se ve” (Hebreos 11, 1).
Padre y Madre. Hay dos días en el año que son hermosos. Uno, más que el otro, el Día de las Madres – que se celebra en mayo, el segundo domingo – y el otro, el Día del Padre, que, en Venezuela, se conmemora el tercer domingo de junio. Ambos días son propicios para recordar nuestro deber de honrar al Padre y a la Madre, acorde con el cuarto mandamiento de la Ley de Dios. A ellos, nunca debemos abandonar y cada día debemos honrar, más cuando se hacen viejitos.
Cumpleañera. Una gran mujer, como madre, hija, hermana, amiga, esposa, cristiana y ciudadana, cumple años el día 19 de junio. Felicitaciones. Se trata de Lérida Inciarte quien, con su alegría y humor permanentes, hace posible la sección de chistes en OCCI.
Humor con Lérida de Inciarte.
.- ¿Cuál es el colmo de un ciego? Llamarse Casimiro y vivir en Bella Vista.
.- Un hombre que estaba en total miseria le envía un telegrama a su primo que es millonario, y le dice: Si no me envías 10,000 dólares mato a mi hijo, y luego me mato yo. Al poco tiempo recibe una respuesta que dice: Aquí te envío 5,000 dólares, y deja en paz a tu hijo.
Anuncia la Palabra. Hazlo a tiempo y a destiempo: convenciendo, reprendiendo y exhortando, con toda paciencia y sabiduría (2 Tim 4, 1 – 8).
Lee la Constitución. El artículo 350 establece: “El pueblo de Venezuela fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
El poder de la ciudadanía. Henry David Thoreau escribió un tratado titulado La desobediencia civil, que influyera en Lev Tolstoi, Gandhi, Martin Luther King y en el tercermundismo. Sus principales principios son el pacifismo, la no violencia y que el gobierno no debe tener más poder que el que los ciudadanos estén dispuestos a concederle.
Día Nacional del Abogado. El 23 de junio se celebra en Venezuela el día de los hombres y mujeres de leyes. Es una profesión que ayer, hoy y mañana será difícil de ejercer. El que tenga interés en saber por qué lo digo, lea La lucha por el derecho, de Von Ihering y El proceso de Frank Kafka, y que asome la nariz por la realidad venezolana actual. El reto es el ejercicio con honradez, ética y valentía; el ejercicio del Buen Derecho ajustado a la Constitución, la Doctrina, los Principios y las Fuentes. Un ejemplo de abogado: Santo Tomás Moro, jamás transigió ante la injusticia.
Día Nacional del Ejército. Los hombres y mujeres de las armas deben estar, junto al abogado y todo el pueblo, al servicio de la justicia que, el 26 de septiembre debe brillar en las elecciones parlamentarias.
El 24 de junio es Día nacional del Ejército y Día de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo cuando se selló la independencia venezolana.
29 de junio: Día de San Pedro y San Pablo. Pedro negó tres veces a Jesús. Al resucitar Jesús lo amó. Sobre Pedro – que significa roca – Jesús edificó la Iglesia. Pablo fue un acérrimo perseguidor de cristianos. La ruta a Damasco, al encontrarse con Jesús, cambió por completo su vida: se hizo cristiano. Con pasión, entusiasmo, con cuerpo y alma predicó el Evangelio por buena parte del imperio romano. Es ejemplo de conversión.
Oremos por los sacerdotes. Todos los sacerdotes merecen nuestro respeto y como todos nosotros, humanos y pecadores, tienen sus debilidades. Oremos por ellos y pidamos que sean santos, y que hayan más sacerdotes porque es mucha la mies.
Cada domingo: Asiste a Misa. Si puedes asistir a misa cada día, perfecto; si no lo puedes, hazlo, sin fallar, cada domingo: El Día del Señor.
Ama la Eucaristía. Recuerda que allí está Jesucristo y su sacrificio por la salvación de todos.

lunes, 24 de mayo de 2010

Compartir y no acumular

Principio de la sabiduría es respetar a Dios, son inteligentes lo que los practican ( Sal 110, 10 ).
Creo en Dios, en su misericordia porque es grande e infinita. Para Él nada es imposible.
Dios al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a una vida nueva. Tengo fe en Él y a diario, le pido que aumente mi fe. Que crezca hoy, en toda circunstancia por difícil que sea.
Creo en Jesucristo, le amo y le sigo. Le pido que, lo que tenga de vida, lo entregue a servirle a él y a los demás ( 1Pe 1, 3- 9 ).
Compartir lo poco es mi manera de servir al prójimo. No es acumular riqueza el leimotiv de mi vida ni es mi felicidad. La pera que tenía el sábado en la noche sirvió para que, comieramos de ella, un poquito, cada uno, y que conste fuimos cinco personas.
Jesús no condena la riqueza sino al que se hace esclavo de ella y no es capaz de compartir. Al joven le dice: ¨Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás tesoro en los cielos. Después ven y sígueme¨( Mc 10, 17 - 27 ).
La riqueza que se concentra en pocas manos se pudre. Le pasa como al agua que se estanca. El agua que baja entre rocas - una catarata, por ejemplo - se purifica y fluye alegremente, llenando de felicidad y salud al que la consume.

domingo, 23 de mayo de 2010

Bienaventuranzas del POLITICO

Leyendo, Amanecer en el Zócalo, de Elena Poniatowska, que trata los 50 días que confrontaron a México, donde dice: “Bueno, ¿y en que trabajan los políticos? ¿Trabajan en esto? Para mi trabajar es barrer, cargar, escribir, enseñar, coser, pintar pero supongo que ellos preparan al país para el futuro y tienen en la mano la clave de su bienestar… ellos, los políticos, llegan en su carro blindado, con chofer y se van…”
Esta cita de la laureada escritora, me hizo recordar dos conversaciones que tuve con varias personas que, de manera coincidente, y por separado, expresaron no creer en la Política y en los políticos, incluso, manifestaron que, muchos de ellos viven en Miami, propietarios de lujosas quintas y ahora van de candidatos a diputados, enriquecidos obscenamente. Se refirieron a algunos políticos del oficialismo y del escualidismo u oposición.
También me hizo pensar en la filosofía de mi Blog (http://escritoseneltiempo.blogspot.com/) que, dice, Escribe que algo queda, el autor cuida la actualidad o vigencia de sus Escritos en el Tiempo.
Pues bien, uno de esos escritos, que elaboré, de un curso que, por internet, realicé el año pasado se titula: Bienaventuranzas del POLITICO, escritas por el siervo de Dios el cardenal Francois – Xavier Nguyen Van Thuán (1922 – 2002). Esas bienaventuranzas son:
1. Bienaventurado el político que tiene un elevado conocimiento y una profunda conciencia de su papel. La Política es “arte noble y difícil” (Gaudium et spes. Concilio Vaticano II).
Hoy ante la debilidad y la fragilidad de los mecanismos planetarios de carácter económico se puede responder sólo con la fuerza de la política global, esto es, con una arquitectura política global que sea fuerte y esté fundada en valores globalmente compartidos.
2. Bienaventurado el político cuya persona refleja la credibilidad. Hay que rehabilitar la figura del político.
3. Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés. Que el político se pregunte ¿estoy trabajando por el pueblo? ¿Atiendo a la gente? ¿Estoy trabajando por mi país, por honrar la moralidad y por la humanidad?
4. Bienaventurado el político que se mantiene coherente.
5. Bienaventurado el político que realiza la unidad y, haciendo de Jesús punto de apoyo de aquella, la defiende.
6. Bienaventurado el político que está comprometido en la realización de un cambio radical.
7. Bienaventurado el político que sabe escuchar.
8. Bienaventurado el político que no tiene miedo. Que no tema a la verdad; ni a sí mismo; ni tema a los medios de comunicación. ¡En el momento del juicio el político tendrá que responder a Dios y no a los medios!
Tomadas estas notas, en buena medida, de Catholic.net sobre Doctrina Política Católica, y la fuente: Centro de Estudios Cívicos Tomás Moro.
Tomás Moro es ejemplo para gobernantes y políticos que, constantemente, deberían estudiar su vida, su obra y saber el por qué, es Santo. El hizo política con moral, apegada a su conciencia y a su amor a Dios, a Jesucristo y al Espíritu Santo. Fue fiel a la Iglesia católica y no sucumbió. Pagó con el martirio.

domingo, 16 de mayo de 2010

Que cada persona se convierta en instrumento de paz

El mundo está urgido de paz. La Palabra de Dios invita a ser instrumento de paz. Que donde haya odio sea capaz de sembrar amor, como nos los dice, en su oración, San Francisco de Asís. Que seamos capaces de amarnos los unos a los otros, como nos lo dice Jesucristo, en su mandamiento (Jn 15, 9 – 17). “Que ese amor sea sincero” (Romanos 12, 9; 17; 18; 21).
¿Cuál paz? La que Nuestro Señor Jesucristo nos enseña en la Santa Eucaristía. La que dijo a los apóstoles: “Mi paz les dejo, mi paz les doy”.
Oremos sin cesar. Digamos, Jesús yo te amo y a través de ti, amo al Padre. Mora en cada uno de nosotros. Que seamos capaces de amar al prójimo. Que nos convirtamos en constructores de paz.
Que tengamos la valentía de rechazar la fabricación, venta y compra de armas. Que recordemos a quienes lo hacen que no recibirán la bienaventuranza de Jesús: “Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios” (Mt 5, 9).
No creamos en dichos como: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra”; ni en “armas para la paz”.
Sueño con la reducción al mínimo del armamentismo para dedicar los recursos a salud, educación, viviendas y trabajo, elementos indispensables para la construcción de la paz.
Las diferencias se resuelven en paz, escuchándose y en diálogo permanente.
La paz es “arco iris” que no es uniformidad sino pluralidad (El arco iris de la paz cristiana. Domingo. Año XLV. 9 de mayo de 2010).

domingo, 9 de mayo de 2010

Nadie se va de su tierra porque quiere

El que ama ha nacido de Dios y ama a Dios (1 Jn 4, 7-16).
La caridad de Cristo hacia los emigrantes está expresada en el amor por todos, capaz de entregar, dar su vida, como la dio en pena infame de crucifixión, para salvarnos (2 Co 5, 14-15).
Moisés en el Antiguo Testamento dice: “!Maldito quien defraude de sus derechos al emigrante, al huérfano o a la viuda!” (Deuteronomio 27, 19).
Dios protege al emigrante. Él es el Padre de los que migran. Siempre lo ha sido. Con sólo leer el Exodo, en el Antiguo Testamento, podemos constatarlo, cuando, a través de Moisés, sacó del exilio, de la esclavitud, a Israel, el pueblo elegido.
En el ayer, arcano y cercano, hoy, la emigración pocas veces es elegida libremente. Nadie se va de su tierra porque quiere aún cuando hayan excepciones. Yo conozco de cerca varios casos. Podría afirmar que constituyen la excepción de la regla. La regla es que nadie emigra porque quiere. Yo tengo amigos, que, más que amigos, son mi familia, que, no obstante tener más de cuarenta años en el país, recuerdan con tristeza a su tierra. Los árboles cuando son trasplantados generalmente se secan sino encuentran condiciones propicias a su naturaleza.
El fenómeno de la migración nos toca muy de cerca y nos duele al infinito de nuestro ser. Estoy seguro que no estamos solos en el dolor. En la tristeza que produce la partida, no pocas veces sin retorno, de seres amados. Al escribir estas notas he llorado copiosamente. Mi corazón me ha jugado duro… bueno, son cosas del corazón donde a la razón le cuesta mandar. Que conste que internet no sustituye la riqueza del contacto personal.
El fenómeno de las migraciones del presente impresiona por sus grandes dimensiones. ¿Causas? ¿Un sistema económico agotado? ¿Políticas, raciales, religiosas, económicas, guerras, delincuencia e inseguridad, etc.?
Es un gravísimo asunto que inquieta a hombres, como mi admirado santo papa, Benedicto XVI, y, ayer, a su antecesor, Juan Pablo II. Invito, respetuosamente, a leer el capítulo 62 de la carta encíclica Caritas in veritate y el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz 2001, de dichos Pontífices.
Al emigrante hay que ayudarle, respetarle, como persona humana que es, no tratarle como mercancía ni violarle sus derechos laborales, porque “son muchas las civilizaciones que se han desarrollado y enriquecido por sus aportaciones” (Juan Pablo II).
Los pueblos quieren trabajo decente. Ayer lo afirmaba Juan Pablo II cuando, convocaba, a una coalición mundial a favor del trabajo decente (Jubileo de los Trabajadores 1 de mayo 2000); trabajo decente bien definido por Benedicto XVI y que, en síntesis, es el trabajo que en cualquier sociedad “sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer”.
Al hombre y a la mujer no se le debe marginar ni bloquear en sus aspiraciones a ser libre, a tener trabajo decente, a ejercer sus profesiones y a desarrollar su libre iniciativa empresarial. Trae consecuencias, entre ellas, la emigración.
Hoy ante un fenómeno tan grave, ningún país solo puede afrontar debidamente su solución. Con urgencia se requiere de la cooperación internacional. Con políticas humanas, no con leyes injustas, y si con amor, como el que Dios siempre está dispuesto a darle a sus criaturas.

lunes, 3 de mayo de 2010

Progreso integral, los poderes públicos y los ciudadanos

Antes de caer la URSS y el llamado Muro de Berlín, se hablaba de dos bloques bien diferenciados ideológicamente. Uno, occidental, y el otro, oriental. Se afirmaba que el desarrollo debía ser distinto tanto al capitalismo liberal o neoliberal como al comunista o socialista basados en el colectivismo marxista.
Nada ocurrió en ese sentido. El desarrollo siguió, pero, ahora, que estamos en crisis económica global, ya resulta, fuera de lugar, hablar de liberalismo clásico o de preeminencia absoluta de mercado para solucionar los problemas sociales. Se requiere de Estado y de mercado. Y creo que, siempre, desde Adam Smith y David Ricardo, los mercadistas han procurado la intervención del Estado. Por cierto, Carlos Marx fue discípulo de ambos y admiró lo de la intervención del Estado.
Hubo “científicos” o intelectuales que hablaron del “fin de la historia”, del triunfo definitivo del capitalismo. Y ya sabemos qué pasó con esa posición, nada original en los anales de la historia.
Se impuso la globalización que, no es buena ni mala; pero que bien utilizada, con equidad y justicia, sirve para crear bienestar para todos. No se logró y el malestar en la globalización alcanzó a la inmensa mayoría de los pueblos del mundo hasta el presente. Los G-8 empezaron a ser atacados por doquier y sus reuniones eran – son - motivo de protestas mundiales.
Recientemente, afirmé que el FMI no tiene autoridad para recomendar transparencia en políticas económicas en país alguno. El libro de Joseph Stiglitz, El malestar en la globalización, está vigente, no obstante, tener varios años de publicado. Invito a leerlo y releerlo, y encontrarán en ese texto las razones de mi afirmación.
Se plantea hoy, ante la crisis económica y financiera global, un desarrollo fundado, no sólo en el progreso económico, sino un desarrollo auténtico e integral. Que esté en función, que tenga por fin, el desarrollo humano integral. En este orden de cosas, transitan Benedicto XVI, Pablo Vi y Juan Pablo II, en sus encíclicas Caritas in veritate, Populorum progressio y Solicitudo rei sociales, respectivamente, que, debemos, los cristianos católicos leer y estudiar con detenimiento.
¿Qué significó y significa aún la globalización? Para muchos países, merma de su poder, de los poderes públicos y debilitamiento – hasta la desaparición – de sus organizaciones políticas y sindicales, y, por sobre todas las cosas, mucha, muchísima, pobreza, incluso, barrida de la clase media, y por ende, alta conflictividad social e ingobernabilidad. Lo que está a la vista no necesita de anteojos.
La solución de esa crisis demanda progreso auténtico e integral, desarrollo humano integral y que los Estados “tengan nuevas formas de participación nacional e internacional que tienen lugar a través de la actuación de las organizaciones de la sociedad civil, en este sentido, que haya mayor atención y participación en la res pública por parte de los ciudadanos” (Benedicto XVI).