jueves, 18 de diciembre de 2014

Bienaventurados los que trabajan por la Paz

“La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible”  Benedicto XVI
Benedicto XVI habría querido que en vez de ser llamado Papa emérito le hubieran dicho, simple y llanamente, Padre Benedicto.
Pues bien, de este santo hombre, considerado el más sabio Pontífice con que ha contado la Iglesia, en su Mensaje, correspondiente a la Jornada Mundial por la Paz, del 1 de enero de 2013, la bienaventuranza de Jesús por la paz es al mismo tiempo un don mesiánico y una obra humana. Presupone “un humanismo abierto a la trascendencia”, palabras de Benedicto XVI. Brota de Dios y permite vivir con los demás y para los demás.
Luchar por la paz es encomendarse a Dios y dejarse guiar por la verdad, la justicia y el amor.
Nadie debería perder la esperanza por tener un mundo en paz cuando son numerosas las iniciativas en el planeta para alcanzarla. No puede ser de otra manera cuando el “hombre está hecho para la paz”, no obstante, los nubarrones que existan en su contra; más que nubarrones hechos concretos y alarmantes, tales como los que no aman la vida y abogan por el aborto y la eutanasia; los que niegan el derecho al trabajo, la libertad religiosa y no defienden el matrimonio entre hombre y mujer; los actos terroristas, las desigualdades sociales y los fundamentalismos religiosos.
Todo hombre ha sido creado por Dios y debe contribuir en la construcción de un mundo nuevo.
¿De dónde debe nacer primero la paz? De la familia, porque ella es indispensable para crear una cultura de paz. De ella nace la vida.
No puede ser rechazada la globalización que vive la tierra pero para perfeccionarla y llenarla de justicia social, ha de ser proclive al bien común mundial. Sin éste, no hay paz. Una mente egoísta e individualista no está acorde con ese bien. “Un capitalismo financiero no regulado” lo impide. Un liberalismo radical lo niega.
La paz tiene ética basada en la comunión y en la participación para conquistar un nuevo “modelo de desarrollo económico. Que reconozca el primado de la dimensión espiritual y la llamada a la consecución del bien común”.
La agenda de la política internacional debe contemplar “la seguridad de los aprovisionamientos de alimentos”, debiera ser su tema central.
Hay que proteger la familia, el bien común y luchar por los derechos humanos fundamentales, entre ellos, por una educación social idónea o de educación popular de calidad, como es el lema de Fe y Alegría.
Todos los sacerdotes, desde los Obispos, diáconos, religiosos y religiosas, laicos comprometidos, fieles – todos somos Iglesia – deberíamos llevar a  las parroquias, a  los colegios y universidades, a los medios (Un tip permanente sería “construye la paz”) cursos, talleres, conferencias, para formar una cultura de paz o agentes de paz. Que todos los 10 de diciembre salgamos  a marchar por la paz y por los resultados que se hayan obtenido durante el año.
Recemos y oremos por la paz. Pidamos a Dios, en nombre de Jesucristo y del Espíritu Santo, por los gobernantes para que garanticen las condiciones necesarias para que haya paz.
Gracias a Benedicto XVI por ese Mensaje, inspiración y fuente de estas notas. Dios le bendiga y que siga en su silencio creador con la oración permanente desde su retiro. Bastante lo requiere el mundo actual signado por la violencia que niega el derecho humano de vivir en paz.

Mensaje para la Paz

“¿Dónde está tu hermano? (Gn 4, 9). Y todos ustedes son hermanos (Mt 23, 8).
Ya está circulando en internet, la XLVII (47) Jornada Mundial de la Paz, contentiva del Mensaje del Santo Padre Francisco, titulada: La fraternidad, fundamento y camino para la paz. Como cada inicio de año, siempre con la esperanza de paz y concordia, y por un mundo nuevo, el 1 de enero estaremos viendo al Papa llevándolo a la humanidad.
Deseo de nuestro Santo Papa, es que todos tengamos una vida llena de alegría y esperanza. Por cierto, que, en más de una ocasión, nos ha dicho que no permitamos  nos roben la esperanza de un mundo mejor  al actual.
Afirma en el Mensaje, que la fraternidad habite en nuestros corazones para no ver en los hermanos y hermanas contrincantes, sino hermanos a los cuales acoger y querer.
El título nos conduce a sostener firmemente: la fraternidad es esencial al hombre, dada su naturaleza relacional. Un hombre aislado no puede ser fraterno.
Sin fraternidad imposible no hay sociedad justa ni paz estable y duradera.
La familia es la primera escuela del hombre y de la mujer, por tanto, es allí, donde padres y madres deben enseñar a sus hijos la fraternidad. Por tanto, ella empieza en la familia.
La globalización nos acerca pero nos victimiza. Es una “globalización de la indiferencia” - que desmiente la vocación del hombre a la fraternidad - Para la globalización, así entendida, nada importa el sufrimiento de los demás. Se lesionan los derechos humanos fundamentales, sobre todo el derecho a la vida y a la libertad religiosa.
Cómo es posible que en el siglo XXI siga la esclavitud, la cruel trata de personas por comerciantes “sin escrúpulos”. El Papa enumera una extensa lista de delitos de esta naturaleza.
Las guerras, es probable que algunas hayan sido inventadas para vender armas, sin importar el dolor y el sufrimiento de los pueblos, de los hermanos y hermanas, de una sociedad que debería ser común; y hay otras guerras, no menos crueles, que se dan en el campo económico y financiero con efectos destructivos de familias, de vidas y de empresas.
Benedicto XVI sostiene que la globalización acerca pero no nos hace hermanos. En ella hay ausencia de una cultura para la solidaridad. Se cultiva el consumismo y la mentalidad del “descarte”, de declarar, sin decirlo, a seres humanos débiles inútiles e inservibles. Incluso jóvenes a quienes se les cercena el futuro. Amén el abandono de viejos, niños, mujeres, etc. Cunde el desempleo.
Es consecuencia del alejamiento de Dios. Que no permite la fraternidad. Reina Caín que mata a millones de Abeles en el planeta. Se asesina por envidia, indiferencia, egoísmo y odio. Se irrespetan las diferencias legítimas entre hermanos y hermanas.
No se toma en cuenta que Jesucristo regeneró la fraternidad con su muerte y resurrección. La cruz es el “lugar” definitivo donde se funda la fraternidad, que los hombres no son capaces de generar por sí mismos.
Es necesaria la fraternidad entre personas pero también entre naciones.  Fraternidad en la economía; fraternidad que elimine la guerra; fraternidad que es opuesta a la corrupción y al crimen organizado; fraternidad que cultiva y protege a la naturaleza; fraternidad que conduce a la paz entre todos los hermanos y hermanas.

lunes, 8 de diciembre de 2014

El Humanitarismo

“Ayúdanos a ayudar” lema de una organización humanitaria (CARITAS)
Humanitario es una palabra que se aplica a la persona que siente interés por el bien de la humanidad. Esa persona, puede ser una individual; o una asociación, por ej., La Cruz Roja.
Son organizaciones que atienden al necesitado de ayuda por diversas causas; unas naturales (terremotos, tsunami, inundaciones, etc.) y otras, por la acción del hombre, gobernantes, paramilitares, guerrilleros, fundamentalistas “religiosos”, guerras, ilícitos de todo tipo, por ejemplo, la esclavitud moderna de trata de personas, que, recientemente, el Papa Francisco junto con otras religiones, en un acto trascendente y en declaración histórica, calificara de lesa humanidad, éxodos, persecuciones, etc.
Asociado al término humanitario está el de humanitarismo que, significa “comportamiento solidario y sensible hacia las personas”. Además, está vinculado al humanismo, la doctrina de que la gente tiene el deber de promover el bienestar humano.
Por tanto, el humanitarismo es un enfoque humanista de los sufrimientos de la humanidad. “Se basa en la opinión de que todos los seres humanos merecen respeto y dignidad y deben tratarse como tales. Los Humanitarios detestan la esclavitud, la violación de los derechos fundamentales y los derechos humanos, y la discriminación sobre la base del color de la piel, religión, ascendencia, lugar de nacimiento, etc.”
“El Humanitarismo consiste en no sacrificar a un ser humano por un objeto” (Alberto Schweitzer)
Característica fundamental del humanismo es “que todas las cosas que quieran que los hombres hagan con ustedes, así también hagan ustedes con ellos”; precepto que encontramos en todas las grandes religiones: cristianismo, budismo, brahmanismo, confucianismo, islamismo, judaísmo y taoísmo. Es regla de oro de los positivistas, en nombre de la “experiencia y la razón” (Picket 1979, Humanity).
Humanismo, que se postula como la convicción de que todas las personas tienen la misma dignidad en virtud de su pertenencia a la humanidad; imparcialidad, se presta la asistencia basada únicamente en la necesidad; neutralidad, porque se estipula que las organizaciones humanitarias deben abstenerse de formar parte de las hostilidades, o tomar partido a favor de alguna de las partes en conflicto; y la independencia, que es necesaria para garantizar que la acción humanitaria sólo sirve a los intereses de las víctimas de la guerra, y no políticas, religiosas u otros programas. Son principios del humanismo.
La Doctrina Social de la Iglesia postula que “La Humanidad comprende cada vez con mayor claridad que se haya ligada por un destino único que exige asumir la responsabilidad en común, inspirada por un humanismo integral y solidario”, fundado en el amor cristiano que no conoce de discriminación alguna.

lunes, 1 de diciembre de 2014

La promoción y defensa permanentes de los Derechos Humanos

“El camino privilegiado para la paz es reconocer en el otro no un enemigo que combatir, sino un hermano a quien acoger” (Francisco)
Los Derechos Humanos – en adelante DDHH – tienen antecedentes remotos. Están entre éstos, el Cilindro de Ciro el Grande (539 A.C), basado en la tradición mesopotámica del rey justo. El famoso Código de Hanmurabi; la Carta Magna inglesa de 1215; la influencia del cristianismo que dio al cosmopolitismo un sentido más espiritual, al afirmar la igualdad de los hombres en tanto que ciudadanos del Reino de Dios y su dignidad.
Antes de intentar una definición de los DDHH, es necesario destacar que por dignidad humana se entiende lo que nos merecemos por ser “seres humanos” apegados a lo noble, lo justo y lo recto.
Son muchas las definiciones. Me he quedado con la siguiente: Los DDHH son aquellas “condiciones instrumentales que le permiten a la persona su realización” (José R. Hernández Gómez). Sería como sostener el que hayan poderes del Estado que garanticen su cumplimiento, por ejemplo, un Poder Judicial Independiente y un vigoroso estado de Derecho, que, a su vez, garanticen el debido proceso, la defensa, etc.
Es cuestión de dignidad y de justicia para todos. Es un compromiso con la dignidad y la justicia universales.
No habían transcurrido muchos días de la horrorosa segunda guerra mundial con sus millones de muertos, cuando el 10 de diciembre de 1948, la ONU aprobó, con el concurso  de muchas naciones, la Declaración Universal de los DDHH. Por tal motivo, ese día quedó registrado para la Historia como su día; pero, no basta celebrar ese día, no basta su promoción y educación, que son hechos necesarios; lo más importante es que se cumplan. Luchar para que sean una hermosa realidad humanitaria mundial.
Esa Declaración es vital y necesaria; siempre vigente, que toman muchos de los organismos internacionales, que se abocan a su defensa, como normas a cumplir en sus funciones.
Los DDHH son inherentes a la persona humana, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables. Numerosos ordenamientos positivos constitucionales los han acogido con esas características.
Se habla de tres generaciones de derechos humanos, aunque ya se dice que existen de cuarta y quinta generación. Los de primera generación son los derechos civiles y políticos; los de segunda, los derechos económicos, sociales y culturales; los de tercera, se vinculan con la solidaridad. Se incluyen el derecho a la paz, a la calidad de vida, o la garantía frente a la manipulación genética.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los consagra en su artículo 19, Título III, cap. 1; y en el cap. 3, se establecen los derechos civiles.
La Doctrina Social de la Iglesia exige no ser tutelados sólo singularmente, sino en conjunto (Compendio de la DSI 154).
La Iglesia Católica de Maracaibo, celebra, durante los días 9 y 10 de diciembre actos en conmemoración de los DDHH, con un Foro por la Vida y la Paz (UNICA, 9-12-14, de 8 de la mañana a 12m) y el 10 – su Día Internacional o Mundial – con una caminata que partirá desde la Plazoleta de la Basílica hasta la Catedral donde se celebrará la Santa Eucaristía, que oficiará nuestro santo Arzobispo Ubaldo Santana, todo esto comprendido desde las 4pm – hora de partida – hasta el final de la Misa.