Cuando el poeta del pueblo venezolano, Andrés Eloy Blanco, estaba exiliado en México, allá por los años cincuenta, su madre, Doña Lilina Iturbe de Blanco, muere.
El poeta que escribió, Las doce uvas del tiempo, que, todos los 31 de diciembre, a las 11 y 55 p.m., cuando se despide un año y nos disponemos a recibir uno nuevo, todavía nos conmueve a los venezolanos, llora inconsolablemente...
Recordaba su poema: ! Madre, cómo son ácidas las uvas de la ausencia ! Madre, esta noche se nos muere un año; todos estos señores tienen su madre cerca, y al lado mío mi tristeza muda tiene el dolor de una muchacha muerta...
Ya no tendrá más a su madre.
Y no se aguanta y solicita un permiso para estar con su madre.
México, se lo confiere y la dictadura de Marcos Pérez Jiménes, también.
El militar, general Pérez Jiménez, le permite la entrada, condicionada.
¿ Cuáles condiciones ?
Que un pelotón de soldados le acompañe hasta el cementerio desde el aeropuerto.
Que no se dirija a su pueblo, que amaba tanto como a su madre.
Que al finalizar la siembra de tan gran mujer, inmediatamente salga de su amada, Venezuela.
El pueblo al ver a su poeta, que tanto le interpretó en sus angustias y miserias, no se resistió ydijo: VIVA ANDRES ELOY, ESTAMOS CONTIGO EN LO QUE DUELE ESTAR EXILIADO...
Es duro, inhumano, que a un exiliado le nieguen la posibilidad de ver a su madre enferma...Le nieguen un permiso de salida.
Estados Unidos lo está haciendo. ! Cómo duele !
Por ello yo digo, que, de Maracaibo, jamás me iré... que me caiga el techo encima, que me pongan preso, pero que muera aqui y me siembren en esta tierra que adoro...Me arrepiento si en algún momento pensé en abandonar a Maracaibo, al Zulia y a Venezuela. Es como dejar a la madre enferma...
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo