lunes, 30 de enero de 2012

La felicidad verdadera viene de Dios

“El Reino de Dios no es comida, ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Rom 14, 17)

Nadie puede negar que vivimos tiempos difíciles, de mucha violencia. Son momentos de angustias, incertidumbres, tristezas y presentimientos.

Se ven muchas caras con expresión de baja estima.

A quienes puedo aconsejar les digo: No pierdan la autoestima.

Grave es tomar caminos que conducen a la perdición. Buscar, a todo trance, la felicidad en el dinero para hacerse adictos del alcohol, de las drogas o del sexo sin sentido y sin compromiso.

No me ubico entre quienes consideran que el dinero o el tener no hacen falta para vivir alegres o contentos; pero, enfáticamente, afirmo, que no logra la felicidad y la alegría verdaderas. Muchos menos las drogas…

La felicidad es un estado de ánimo del que se encuentra contento y satisfecho. La alegría un sentimiento grato, de gozo, generalmente, por un motivo placentero.

Puedo demostrar que esa felicidad verdadera nos la da Dios. Solo siguiendo la Palabra de Dios, leyéndola, estudiándola e internalizándola en cada uno de nosotros la alcanzamos, con una estrecha relación con el Señor, con Jesús y el Espíritu Santo. En esto, está, el contento, la satisfacción, el sentimiento grato y vivo de gozo.

Leer la vida de santos y de mártires de nuestra Iglesia Católica nos permite constatar esa felicidad, esa alegría, y hacerlas nuestras.

La Biblia nos enseña: Tu diste alegría a mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto (Sal 4, 7); el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe (Gal 5, 22); fueron halladas tus Palabras y yo las comí, y Tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón (Jer 15, 16).

Jesús nos predica que, interesándonos por los demás, somos felices.

Para mí, la felicidad es estar en la Eucaristía, principalmente, el domingo… porque ese día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. ¡Aleluya, aleluya! Salir de ella a proclamar sus maravillas.

Recuerda que siempre habrá problemas. Que estos nos invitan a estar más cerca de Dios y que Él nos enseña que ante los mismos es nuestra actitud la que cuenta. Seguir a Jesucristo es la mejor actitud ante los problemas y los tiempos difíciles del presente. Sigámoslo.

lunes, 23 de enero de 2012

Nos devolvió la alegría

“Porque Él da sabiduría, ciencia y alegría a quien le agrada” (Qo 2, 26). La Chiquinquireña produce alegría en el pueblo.

El domingo 15 de enero, próximo pasado, muy temprano en la mañana, Lérida y yo escuchamos un concierto de Armando Molero. Las mejores canciones suyas y de otros compositores, como Rafael Rincón González.

Especulando. Es probable que, esa gloria, que en ese día se nos fuera, estuviera escuchándolo también. Ya estaba próxima su partida, y los Pregones Zulianos se quedaron sin su máximo pregonero.

No está demás decir que, tanto Armando Molero, como Rafael Rincón González, son grandes exponentes del pentagrama musical regional, nacional e internacional.

Los recuerdos nos pusieron nostálgicos. No me daría pena si les dijera que, tanto mi esposa, como quien esto escribe, lloramos.

Recuerdos de un Maracaibo hermoso, que se nos fue.

Eran tiempos felices. No sabíamos que lo éramos, con todo y ser pobres. Rindo homenaje a la pobreza cuando siendo cristiano enarbolo como patrimonio la dignidad. Ningún católico puede renunciar a ésta.

Sonaba el pito de la Regional… era anuncio de la hora, 11 y 30 de la mañana; iniciaba Armando su actuación diaria… eran las doce… Y se oían expresiones como “ya está listo el fogón”, “ya están los plátanos”, “vení a almorzar”…

Tengo el honor de haber conocido a estas glorias.

De Armando tengo dos anécdotas. Una, “¿Mirá Armando, y qué te habías muerto?” “eso desearían Los Panchos”, su respuesta. Otra, Armando en el por puesto de Bella Vista rumbo a su programa en Radio Catatumbo, ensayando sus canciones, con su inseparable guitarra… se baja, sin pagar y el chofer le dice… Armando pagáme… Y éste, con su chispa maracucha, le responde: “¿que más queréis? por medio… te canté tres canciones…”

Recuerdos de familiares y amigos ya idos. De ese Maracaibo, “la más hermosa del mundo entero”. Donde se podía disfrutar de la ciudad, sin el temor o la inseguridad de ser atracado, o de perder la vida; de un Maracaibo limpio, ordenado, de cultura y educación de sus gentes. Un Maracaibo de hombres y mujeres cultos, honestos, trabajadores, de respeto por el hombre y la mujer emprendedores, fueran ricos o pobres…

A La Chiquinquireña responsabilizo por la alegría y por el llanto. A la 90.9 FM, que nos devolvió la alegría. Es la única emisora que se escucha en mi casa. Como cuesta cambiarla. Imposible hacerlo por su variada y rica programación.

Esa emisora de radio es de la Arquidiócesis de Maracaibo. Dirigida, por un alumno de un hombre-radio, Charles Arapé. Me refiero a Reinaldo Cubillán. Un hombre consecuente con su maestro, hoy lamentablemente ido de este mundo. Me consta la consecuencia de Cubillán. La pude constatar en Coro, al momento del entierro de Charles, cuya familia, Fernández-Morales, son más que amigos, hermanos de toda la vida.

La Chiquinquireña nos hace vibrar de alegría. A Monseñor Ubaldo Santana y a Reinaldo Cubillán… GRACIAS.

lunes, 16 de enero de 2012

Nelson Mandela, un verdadero líder

“No olvidemos nunca que un santo es un pecador que simplemente sigue esforzándose”. Nelson Mandela.

He terminado la lectura del libro, Conversaciones conmigo mismo, de Nelson Mandela. Es de reciente publicación en Venezuela.

A los venezolanos, les recomiendo leer esta obra. Que la mediten todo lo que puedan, porque puede ser de valiosa ayuda en estos tiempos que demandan la reconciliación y la paz en la patria de Bolívar.

Me permito llevarles unos extractos de esta autobiografía.

1.- “Sólo los políticos de sofá son inmunes de cometer errores”. Para evitar muchos de esos errores, el político, principalmente el gobernante, debe reservar tiempo para la reflexión, y si es hombre de fe, creyente en Dios, para la oración sin cesar.

2.- A Mandela, la cárcel – esa larga prisión que duró 28 años – le permitió desarrollar una “fuerza interior” que no tardó en hacerle olvidar sus dificultades, pobreza, sufrimiento, soledad y frustraciones.

El siente un apego especial por quienes fueron sus amigos en tiempos de penuria. Que, dicho sea de paso decir, son pocos los que quedan en esos momentos.

3.- “Deberíamos estar preparados para emprender cualquier misión… al precio que deberíamos pagar”; principio que rigió su trayectoria política signada por la ardua y difícil lucha contra el apartheid. El llegó a preguntarse si valía la pena el sacrificio de la familia y de sus intereses personales. El decidió servirle a millones de seres de su raza, que eran sometidos a todo tipo de humillaciones, vejámenes e injusticias. Consideró que era la decisión correcta y por ese camino enrumbó su vida política.

4.- A su segundo hijo – después de la muerte trágica del mayor – le recomendó formarse, una buena y excelente educación, porque “a los seres humanos les gusta unirse a alguien trabajador, disciplinado y con éxito”.

5.- “El honor les corresponde a quienes nunca abandonan la verdad. Ni siquiera cuando la situación se pone fea y se complica…” Cuantos prefieren huir, negociar o falsearla.

6.- Su madre le dijo: “Mira, si no te metes con los demás muchachos en política, ¡te desheredo!”.

Alguién dijo “si no te metes en política, esta terminará metiéndose contigo”.

7.- “… sólo mi carne y mi sangre están encerrados tras estas impenetrables paredes. Por lo demás, mis puntos de vista siguen siendo cosmopolitas; en mi mente soy tan libre como un halcón”. “Las armas espirituales pueden ser dinámicas y a menudo tienen un impacto que es difícil de valorar”. Cuando la fe es robusta. Cuando se cree en Dios, el Espíritu Santo habita en lo interno de la persona y se hace poderoso.

8.- “Estoy convencido que el aluvión de tragedias personales no puede ahogar nunca a un revolucionario convencido”. Vive con esperanza, porque para el que lucha por la libertad “la esperanza es igual que un salvavidas para un nadador” (Mandela).

9.- “… un líder… con fuertes convicciones religiosas… cuyo compromiso con el pueblo no tenga parangón”. Esto es Nelson Mandela. Para él, el reto era llevar a los votantes a las urnas.

10.- “… la maldad humana no puede apagar las llamas de la libertad” (Mandela).

11.- Hay que resolver los problemas pacíficamente dialogando con el adversario.

12.- Revolucionarios “que sucumbían con frecuencia a la avaricia, y la tendencia a desviar fondos públicos para su enriquecimiento personal terminaba por superarlos”. Mandela lo lamentó.

13.- En toda comunidad del mundo, hay “hombres buenos que consideran que la paz es el arma más poderosa en la búsqueda de soluciones verdaderas” (Mandela).

Al final de sus Conversaciones…, este símbolo internacional por la justicia dice, que él no fue un santo, ni siquiera partiendo del pensamiento del epígrafe de estas notas.

Para mí, Nelson Mandela es un hombre con alma de santo: Un verdadero líder. De los que hoy, tanto, necesita, con urgencia, la sufriente humanidad.

martes, 10 de enero de 2012

Preparación para el año de la Fe

“… los creyentes se fortalecen creyendo” San Agustín.

Benedicto XVI, el 11 de octubre del año pasado, dictó la Carta Apostólica Porta fide, “La Puerta de la Fe” (Hch 14, 27), que es un camino hacia la fe en Cristo.

Ese camino, delineado por el Santo Papa, nos impulsa a asumir un compromiso: Prepararnos, desde ya, para el Año de la Fe.

Ese Año de la Fe, decretado por el Sumo Pontífice, estará comprendido entre el 11 de octubre de 2012 hasta el 24 de noviembre de 2013, cuando se celebra la solemnidad de Cristo Rey.

¿Cómo prepararnos? ¿Para qué prepararnos?

La primera de las preguntas, la respondemos, diciendo, que, en el contenido de la Carta, se exponen los medios para lograr esa preparación.

¿Cuáles son esos medios?

1.- Los textos emanados del Concilio Vaticano II que “no pierden valor ni su esplendor” (Juan Pablo II). Es necesario leerlos “de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia…”; como afirma Benedicto XVI.

El Concilio es “brújula segura” afirma nuestro Papa. “Es – según él – la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX”.

Por supuesto, que ese estudio, de esos textos conciliares, ha de hacerse guiados por “hermenéutica correcta” para que puedan ser “una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia”.

2.- El Catecismo de la Iglesia Católica que es “…una contribución importantísima a la obra de renovación de la vida eclesial… regla segura para la enseñanza de la fe…”, según el beato Juan Pablo II, por quien oramos para su pronta santificación.

3.- “… volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado” (Benedicto XVI ).

La preparación para la fe, compromiso para todos nosotros los cristianos católicos, tanto los de fe sólida, como los de fe débil, es necesaria para estar en condiciones de asumir la Nueva Evangelización que, anunciada por Benedicto XVI, será aprobada por los Obispos en Sínodo que se realizará desde el 12 de octubre de este año nuevo.

Es una manera de purificación y renovación constante, de poder traer a la fe cristiana a tantos seres que vagan por el mundo en tiniebla y que tanto necesitan de la presencia de Dios, de Jesús y del Espíritu Santo, en sus corazones, para que reine en ellos, la paz, la justicia, el derecho, el amor, la solidaridad, la caridad y la misericordia. Es un gran reto ese compromiso que reclama un nuevo ardor en la evangelización. La Iglesia lo seguirá asumiendo, porque ella, con su amor y sabiduría, guiada por el Espíritu Santo, nunca ha dejado de evangelizar ni en los momentos más difíciles de su historia.

lunes, 2 de enero de 2012

Gripe, la recurrente

No sé con precisión la cantidad de personas que me han dicho “tengo gripe” e inmediatamente explanan, con prolija declaración, las características de la enfermedad, grave muy grave.

“Me ha dado mucha tos, fiebre, dolor de cabeza, malestar general, dolores por todo el cuerpo, diarrea incontenible… es interminable y cuando cree uno estar curado, reaparece con más bríos”.

Yo, por tanto, la bautizo con el nombre de “la recurrente”, porque vuelve a ocurrir, se repite, y no da chance a un intervalo prolongado.

“La recurrente” lleva a pensar qué causas la genera. Si le preguntas a un médico te dice: “Un virus”. La respuesta más fácil porque nunca se identifica al bendito - ¿Bendito? – virus.

Hasta la hilaridad brinca al ruedo y se le imputa la causa, a una guerra química del imperio, capaz de todo, incluso, de enfermar en serie de cáncer a presidentes. Por cierto, esto pudiera mover al escepticismo. En estos tiempos de relativismo, provocaría decir “ni creo, ni dejo de creer, todo es posible”, proviniendo de una potencia, como muchas, que no pocos pecados han cometido y cometen, con poca capacidad de arrepentimiento.

A mí me llegan informaciones de los numerosos casos graves de “la recurrente” que, supuestamente, abarrotan las clínicas y hospitales de la localidad. Me llama poderosamente la atención, que las autoridades competentes no hayan tomado cartas en el asunto de manera urgente, que no se haya declarado pandemia local o regional, para atacar la guerra química ¡perdón! a la “recurrente”.

La gravedad de la enfermedad que azota a la población requiere con urgencia de una política de asistencia, de salud, de vacunación, de todo lo que sea necesario para ponerle coto a esta situación.

A todas las personas, que no se dejen abatir, ni dejar que el autoestima personal se les venga al suelo, si es que la causa de “la recurrente” sean la inseguridad, la inflación, la falta de trabajo; el estrés…

Al creyente, hermanos en la fe, les sugiero que oren mucho, recen bastante, cultiven la fe, la hagan poderosa, porque se ha comprobado que ella fortalece el espíritu y hace fuertes ante el dolor y el sufrimiento. También la fe en Dios, en Jesucristo y en el Espíritu Santo, el no creer en anticristos y mentirosos; cura. Científicamente, ha sido probado, esto sin dejar de asistir al médico en casos graves como el expuesto. Lejos de mí el no recomendar la asistencia médica y la toma de medicinas.