Desde el principio, la condición humana siempre ha sido igual.
Quien quiera comprobarlo, lea la Biblia y la historia.
Siempre ha existido la lucha del bien y del mal, de uno contra otro; pero siempre, han habido ejemplos, como el de Jesús, hombre histórico e Hijo de Dios, que entregó su vida para salvarnos del pecado.
Siempre han habido mártires, santos; pero, también malvados o satánicos.
Siempre el hombre ha vivido en sociedad. Ha visto del bueno, acciones perversas; y del malvado, ha constatado, rasgos de bondad.
Siempre habrá que rechazar la suerte del malvado.
Qué nos recomienda el apóstol San Juan ?
Que cumplamos con los mandamientos de Dios.
Que cumplamos con el principal: amar a Dios y al prójimo. Que amémos y nos amémos, unos a otros.
Dichoso el que cumple con la doctrina de Cristo ( 2 Jn 4- 9 ).
Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas.
Dichoso el que busca a Dios de todo corazón.
El hombre tiene que vivir en sociedad. Siempre ha sido así. No puede aislarse y por eso debe asistir a la Santa Misa, donde está en comunidad. Y por eso debe participar.
El hombre sabe que en toda sociedad hay problemas, injusticias, miserias; siempre ha sido así. Pero siempre han habido persona luchando por la felicidad de los demás. Hay que tener fe, para saberlas distinguir.
Son los que sufren por hacer felices a los demás. Que saben que en eso consiste la felicidad verdadera que sólo viene de Dios.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo