No debemos adoptar la conducta del siervo inútil que el dinero que le dio el hombre lo enterró.
Cuando vino a pedirle cuenta, junto a los otros que rindieron buenas cuentas, el le dijo al hombre que, como sabía que era exigente, optó por enterrar el dinero.
El hombre es Jesús. Quien a los que rindieron buenas cuentas, les dio más y al siervo inútil le quitó lo que le había dado, por perezoso e irresponsable.
Ese siervo inútil es el que no se compromete. Que su vida no produce frutos.
Es el que no usa sus dones, los que, gratuitamente, Dios le confirió.
La homilía me invitó a la reflexión sobre mi vida pasada y presente. ¿ Hice uso de los dones que Dios me dio para que administrara ?
Claro que si.
En la infancia colaboré mucho con el colegio, participaba en actividades culturales y si no fui presidente del centro estudiantil fue, porque una maestra consideró que era muy chamito. Impuso a un compañero que era mayor que yo, seis años. Yo tenía once años de edad. Fui sólo vocal.
En el liceo me destaqué como dirigente estudiantil. Llegué a ser Vicepresidente del Centro Estudiantil. Colaboraba en todas las actividades en el liceo. Fui secretario juvenil de un partido político.
Entre los jóvenes de la urbanización donde nací, organizaba actividades culturales.
En la Universidad fui Suplente al Consejo de Facultad. Prohibieron los centros estudiantiles y no pude ir más allá. Estuve en el comité prograduación.
Me casé estudiando y trabajando. Me gradué y a mi hijo mayor, que tenía cuatro años de edad, le impuse la medalla, con la que él se graduara también.
Fui presidente de la Junta de Vecinos de la urbanización donde vivo.
Presidente de la asociación de jueces; presidente del Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados.
Padre de cuatro hijos. Abuelo con cinco nietos.
Una esposa, que primero fue novia mía por cuatro años, y ya vamos a cumplir 38 años de casados. Es una mujer hacendosa como la que la primera lectura de hoy enfocó.
Me siento dichoso.
He usado mis dones para servir. Escribo. Hoy tengo un blog, y le sirvo a Dios y a los demás llevándoles artículos religiosos como manera de evangelizar online.
Hoy quiero seguir avanzando en los estudios biblicos. Asisto desde hace muchos años, puntualmente, a la santa Misa, todos los domingos. Hago grupo para orar, rezar e impartirles reflexiones que hago sobre la Palabra diaria de Dios.
Me capacito para evangelizar mejor. Quiero tener una conversión total.
Con mis dones camino. Voy palante confiando en el Señor. Que se haga su Voluntad y no la mía.
Y confío en Jesús.
Cuando vino a pedirle cuenta, junto a los otros que rindieron buenas cuentas, el le dijo al hombre que, como sabía que era exigente, optó por enterrar el dinero.
El hombre es Jesús. Quien a los que rindieron buenas cuentas, les dio más y al siervo inútil le quitó lo que le había dado, por perezoso e irresponsable.
Ese siervo inútil es el que no se compromete. Que su vida no produce frutos.
Es el que no usa sus dones, los que, gratuitamente, Dios le confirió.
La homilía me invitó a la reflexión sobre mi vida pasada y presente. ¿ Hice uso de los dones que Dios me dio para que administrara ?
Claro que si.
En la infancia colaboré mucho con el colegio, participaba en actividades culturales y si no fui presidente del centro estudiantil fue, porque una maestra consideró que era muy chamito. Impuso a un compañero que era mayor que yo, seis años. Yo tenía once años de edad. Fui sólo vocal.
En el liceo me destaqué como dirigente estudiantil. Llegué a ser Vicepresidente del Centro Estudiantil. Colaboraba en todas las actividades en el liceo. Fui secretario juvenil de un partido político.
Entre los jóvenes de la urbanización donde nací, organizaba actividades culturales.
En la Universidad fui Suplente al Consejo de Facultad. Prohibieron los centros estudiantiles y no pude ir más allá. Estuve en el comité prograduación.
Me casé estudiando y trabajando. Me gradué y a mi hijo mayor, que tenía cuatro años de edad, le impuse la medalla, con la que él se graduara también.
Fui presidente de la Junta de Vecinos de la urbanización donde vivo.
Presidente de la asociación de jueces; presidente del Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados.
Padre de cuatro hijos. Abuelo con cinco nietos.
Una esposa, que primero fue novia mía por cuatro años, y ya vamos a cumplir 38 años de casados. Es una mujer hacendosa como la que la primera lectura de hoy enfocó.
Me siento dichoso.
He usado mis dones para servir. Escribo. Hoy tengo un blog, y le sirvo a Dios y a los demás llevándoles artículos religiosos como manera de evangelizar online.
Hoy quiero seguir avanzando en los estudios biblicos. Asisto desde hace muchos años, puntualmente, a la santa Misa, todos los domingos. Hago grupo para orar, rezar e impartirles reflexiones que hago sobre la Palabra diaria de Dios.
Me capacito para evangelizar mejor. Quiero tener una conversión total.
Con mis dones camino. Voy palante confiando en el Señor. Que se haga su Voluntad y no la mía.
Y confío en Jesús.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo