domingo, 25 de julio de 2010

Las paradojas de la globalización

Nadie puede desconocer que la globalización tiene aspectos positivos y negativos. Internet es una maravilla, siempre y cuando se utilice para fines nobles, educativos, culturales, científicos, etc., pero ¡ojo! con sus niños en el uso de las computadoras, porque pueden ser víctimas de mucha basura, de pornografía, de violencia, que aparecen en sus páginas.
Destaco un hecho trascendental lo que fue capaz de lograr la religiosidad popular, por ejemplo, las distintas advocaciones de la virgen María en los pueblos de América Latina y de El Caribe. La Chinita en Maracaibo, la virgen de Coromoto en Venezuela, su patrona, la de Guadalupe en México, Aparecida en Brasil…
El mérito de esas advocaciones marianas fue el de producir en nuestros pueblos, el “fundir las historias latinoamericanas diversas en una historia compartida: aquella que conduce hacia Cristo” (Aparecida no. 43).
No ocurre lo mismo con la globalización que, impacta, nuestra cultura. Que busca excluir a Dios del horizonte del hombre y si bien se reconoce su libertad y dignidad personal, lo ha llevado a un individualismo enfermizo y destructivo. Lo ha convertido en un ser indiferente ante la suerte de los demás a los que demuestra no necesitar.
Se pretende ¿se pretende? Instaurar mundialmente una cultura única, homogeneizada, eliminando la inmensa riqueza de culturas de América Latina y de El Caribe, y la aportada por los inmigrantes europeos. Culturas que ofrecen valores que son respuestas ante los antivalores, difundidos por la mayoría de los poderosos medios de comunicación social; valores, como el comunitarismo, valoración de la familia, apertura a la trascendencia y solidaridad.
La paradoja de la globalización es apreciada en que “junto con el énfasis en la responsabilidad individual, en medio de sociedades que promueven a través de los medios el acceso a bienes, se niega a las grandes mayorías, bienes que constituyen elementos básicos y esenciales para vivir como personas” (Aparecida no. 54).El presente y el horizonte del hombre y de la mujer es el amor a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo. Cristo vino a sernos libres del yugo de la esclavitud (Gálatas 5, 1). Es su felicidad verdadera y no la que da el “bienestar económico” y la satisfacción hedonista producto de la “avidez del mercado”, que ha hecho del lucro un valor absoluto, que descontrola el deseo de niños, jóvenes y adultos.

sábado, 17 de julio de 2010

Política y Político

“A mi juicio, la política separada de la religión no es más que una actividad perfectamente envilecida” (Gandhi, todos somos hermanos).
Un Político verdadero o auténtico atiende a una llamada, a una vocación, atraído “por la necesidad, fecundidad y nobleza de la acción política” (Pablo VI)
Un Político verdadero o auténtico no responde a discursos demagógicos para ganar popularidad ni simpatías, ni a halagos ni a aplausos. No se deja llevar por emociones desbordadas.
Un Político verdadero debe reunir cualidades que permitan distinguirlo del “político” farsante. Debe, por tanto, tener buena memoria para aprender de las lecciones de la historia, capacidad para vislumbrar y gobernar de cara al futuro, escuchar con atención las opiniones de los demás, respetar al que disienta de él, debe tener capacidad intelectual, de incansable actividad, circunspección, cautela, serenidad en toda circunstancia, ánimo para superar el peligro, y que sepa combinar la acción política o el fin de la obra política con el bien común.
Un Político verdadero debe tener espíritu revolucionario, pero no ser sólo un revolucionario, porque, al gobernar, le puede ocurrir que deje vacíos que, otros, inteligentes, u oportunistas, aprovechen, y se generen caos o tiranía.
El Político verdadero tiene que tener fortaleza para soportar las traiciones, debe conocer la naturaleza humana y saber que de ésta, todo se puede esperar; debe tener templanza ante el éxito y el fracaso; debe practicar la justicia con todos; y ser prudente.
Son grosso modo, características de un verdadero Político y es el caso del Político cristiano que, “cuando alcanza el punto de su perfección obra impelido por una ola (fuerza) espiritual en cuya cresta reluce el sol de la abnegación, renuncia al egoísmo en aras del bien común y hasta se entrega a la muerte por su pueblo” (Leopoldo – Eulogio Palacios)
Hablar de Político auténtico es hacerlo también con lo que es la Política que, puede ser definida como ciencia, arte, técnica, virtud y providencia. Es una actividad ceñida de principios y de valores, aunque en esto hay que precisar que es un quehacer que se realiza en el contacto humano concreto (¿pateando barrios?).
Esos principios son para el Político auténtico el norte, la brújula de sus actuaciones en contacto con la realidad. Que le lleva a tener que adecuar sus actuaciones con los “signos de los tiempos” del presente y de cara al futuro.
La Política para mi es “desbordamiento de caridad”, es decir, de amor a Dios por sobre todas las cosas y de amor al prójimo como a si mismo. Es la Política cristiana que es fruto del amor. Que es servicio al semejante, al bien común, que es mejor y más divino que el bien de los particulares.
La política cristiana es opuesta al maurrianismo, al maquiavelismo y al fascismo o totalitarismo que ve, en el Estado, la verdadera realidad del hombre. La Política cristiana no es “arte de lo posible” sino obrar humano, que es libre y, por tanto, piensa y actúa.
Sobre su naturaleza no puede haber duda que la Política no puede estar separada de la religión, de la moral y de principios y valores. Es un quehacer que busca hacer posible lo necesario para el bien común.

lunes, 12 de julio de 2010

Fiesta continua en el corazón

¨Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia¨( Jn 10, 10 ).
Es harto difícil adaptarse a los cambios vertiginosos que se vienen produciendo en el presente de la humanidad. Es consecuencia de la globalización.
Hay que caminar rumbo a esa adaptación. Entretanto, ¿ qué ocurre?
Que el hombre y la mujer de la actualidad, se sienten insignificantes y ven profundamente afectadas sus vidas. Estoy generalizando..
Sufren los impactos de toda índole: económicos, políticos, culturales, en el arte, y, naturalmente, en la religión.
¿ Qué ha de hacer el cristiano católico?
Capacitarse todo lo que pueda y profundizar en la religión. Todo dirigido a la obtención de los instrumentos espirituales que le permitan interpretar los ¨signos de los tiempos¨, verlos, juzgarlos y actuar.
Es cierto, que amando a Dios, por encima de todas las cosas, tendrá todas las posibilidades de una vida feliz, no obstante, las dificultades; pero, tendrá, también, el entusiasmo necesario para dar y donarse en aras de alumbrar la opacidad del mundo complicado actual.
Es un compromiso, que conlleva el darle sentido a la vida suya la de los demás.
Es enseñar a todos que hay que recomenzar desde Cristo y reconocer a Dios en él, como dijo el santo Papa, Benedicto XVI, en el discurso inaugural de Aparecida: ¨sólo quien reconoce a Dios, conoce la realidad y puede responder a ella de modo adecuado y realmente humano¨( 42 ).
No es en la acumulación de riqueza ni en placeres y necesidades falsos, donde radica la única, auténtica y verdadera felicidad.
La felicidad es estar cerca de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo. Es ser solidarios y es compartir nuestros dones y el pan con los demás. En esto consiste el verdadero gozo.

lunes, 5 de julio de 2010

Ver, juzgar y actuar

“La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio” (Aparecida).
El mundo de hoy presenta un cuadro preocupante para la humanidad, caracterizado por graves injusticias, desempleo, intolerancia, violencia, corrupción, persecución contra el inmigrante, pobreza, bajos instintos, egoísmo, por la existencia de regímenes sociales opresores, de relativismo moral…
Es la realidad. ¿Cómo juzgarla? ¿Cómo actuar ante ella?
En el documento de Aparecida, aprecio, que, al igual que en otras Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, el método utilizado para tratar la realidad es “ver, juzgar y actuar” (Documento de Aparecida no. 19). Que seamos capaces, como creyentes cristianos católicos, discípulos y misioneros, de ver la realidad que nos circunda con los ojos de la fe a través de la Palabra revelada, la juzguemos según Jesucristo, que es Camino, Verdad y Vida, y que actuemos desde la Iglesia, cuya misión es evangelizar y servir a todos.
El Espíritu Santo nos ha dado sus dones (sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, fortaleza, piedad y temor de Dios) para ir al encuentro de Jesucristo, roca, paz y vida: El único Salvador de la humanidad. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y como dijera, Benedicto XVI, mi admirado y santo Papa, en el discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida en Brasil, “si no reconocemos a Dios en Cristo y con Cristo, toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay camino, no hay vida ni verdad”.
“Ser cristiano no es una carga es un don”.
Jesús ilumina a los que viven en tinieblas y guía nuestros pasos por un sendero de paz.
Estamos juzgando esa realidad al decir que, ella, es el producto de la injusticia, del pecado o de las tinieblas.
Jesús es el nuevo Adán ante esa realidad llena de pecados e injusticias. Él viene como espíritu que da vida (1Co 15, 45).
¿Qué hacía Jesús y nos dice qué debemos hacer?
Seguirle en su ejemplo. En la Biblia, la Palabra de Dios, en el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre (Lc 6, 20) y la lección de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo (Lc 10, 4 ss).
Quiere Jesús que seamos como él que recorría todas las ciudades y pueblos; enseñaba en sus sinagogas, proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba todas las dolencias y enfermedades. Jesús sintió compasión por todos los que estaban desanimados y decaídos, como ovejas sin pastor (Mt 9, 35 – 36).
Jesús nos dice que amemos a Dios y al prójimo como a ti mismo. El samaritano nos da una lección de quién es el prójimo (Lc 10, 30 – 37).
La alegría y el ser portadores de buenas noticias para la humanidad y no profetas de desventuras, brotan de la fe, que al cristiano le serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios. Es un gozo.

jueves, 1 de julio de 2010

OCCI - Orientacion Cristiana y Ciudadana Julio 2010

“Me esfuerzo por tener constantemente una conciencia limpia ante Dios y ante los Hombres” Pablo (Hechos 24, 16).

Editorial. El 24 de julio de 1783 y el 5 de julio de 1811, son dos fechas de gran trascendencia histórica para Venezuela. El 24 de julio nació en Caracas, Simón Bolívar, El Libertador. Hombre que amó la libertad y fuera capaz de crear la Gran Colombia, integración de pueblos en un solo país, que, hoy, más que ayer, tiene vigencia para la independencia económica de esta región del planeta en los tiempos de la globalización.
El 5 de julio de 1811 se declara la independencia de Venezuela del yugo español. El Acta fue elaborada por Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi. El Congreso de entonces, declara, solemnemente, la Independencia de Venezuela “en nombre de Dios Todopoderoso”.

Orientación cristiana. La vocación permanente del cristiano es la libertad para amar sin condiciones. El amor libera de los bajos instintos, y el egoísmo conduce a rivalidades y conflictos.
Sólo me arrodillo ante Dios y no ante los hombres.
De los profetas. Son honrados, tienen voz afilada que sale de la boca como espada filosa. Los profetas son las personas más amenazadoras para la sociedad, porque dicen la verdad, denuncian la injusticia social y protegen al pobre, al débil, al afligido y a todo aquel que no tiene voz ni poder para defenderse (Isaías 49, 1- 6; Amós 2, 6-10. 13 - 16).

El destino de la riqueza. La riqueza es como el agua, si no fluye se estanca y se pudre. La riqueza debe ser utilizada para ser compartida y contribuir con ella a que nadie pase necesidad (Hechos 4, 32 – 35).

Los derechos humanos según Benedicto XVI. Para el santo Papa, el derecho a la vida, a la libertad de conciencia y de religión, son el centro de aquellos derechos que brotan de la misma naturaleza humana. A ellos agrega el derecho al trabajo para todos.

Ciudadanía. El 26 de septiembre próximo (26-S) todos los venezolanos tenemos que votar masivamente. El voto es el camino de la paz. Hay que defender ese derecho que es constitucional y legal. Vota de acuerdo con tu conciencia y en libertad.

Humor con Lérida Molero de Inciarte.
1.- ¿Qué es lo que tiene diez brazos y un coeficiente intelectual de 60? Cinco hombres viendo un partido de fútbol.
2. Un par de borrachos caminaban por la banqueta, cuando pasa junto a ellos una señora gorda, muy gorda, y uno de ellos le dice al otro: ¡Mira, ahí va un tanque! - La señora lo escuchó y le soltó un bolsazo en la boca, y el otro agrega: ¡Y es de guerra!

Dios les bendiga, en nombre de nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo. Cuídense. Asistan a la santa Misa cada domingo. Es un encuentro con el Señor.