viernes, 7 de noviembre de 2008

Ciudadanos de la luz

Me ha impresionado un cuentecito de Anthony de Mello, citado por el hermano en la fe, Alejandro, C. M. F. No lo voy a copiar completo. Sólo el final : ¿ Qué era a lo que tu maestro concedía mayor importancia ?
El discípulo respondió: A lo que estuviera haciéndo en ese momento.
Yo en este momento copio, para ustedes, la reflexión de la Palabra de Dios, de hoy. Es en este momento lo más importante para mi.
Pablo nos invita a seguir su ejemplo y el de los que siguen a Cristo. Pablo se convirtió en el Apóstol de Jesucristo.
Pablo dejó sus privilegios de judío para abrazar el amor de Jesús, la salvación cristiana.
Pablo nos manifiesta que hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Estos acabarán en la perdición. Son los que tienen una mentalidad apegada a los bienes terrenos, a lo material, al dinero y al poder. Su ¨dios es el vientre¨. Y hay otros, que son los ciudadanos de la luz, del cielo, de donde esperamos a Jesucristo ( Fil 3, 17 - 4-1 ).
Yo sentí inmensa alegría cuando fui a Jerusalén. Jamás se me olvidará cuando cantábamos: Que alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor. Ya están pisando nuestros pies, tus umbrales Jerusalén.
He detenido mi atención en la parábola del administrador infiel , que utiliza Jesús en el Evangelio de hoy ( Lc 18, 1-8 ).
La Biblia hay que saberla interpretar.
La parábola es narración de un suceso fingido, de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral. Se sigue o no se sigue.
El administrador infiel roba la hacienda del hombre rico, quien decide despedirle por corrupto.
Al saber que iba a ser despedido, busca un futuro sin sobresaltos económicos y para lograrlo, se hace magnánimo, bondadoso, con los deudores.
Al final el amo tuvo que reconocer que el administrador era habilidoso. Pues los que pertenecen a este mundo de corrupción son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz ( Lc 18, 1-8 ).
Jesús no invita a robar ni a ser corrupto. Nada que ver. El toma de lo malo lo bueno : La habilidad.
La enseñanza para los ciudadanos de la luz es que sean habilidosos, sagaces y eficaces, que agudizen la inteligencia para trabajar con eficacia por el reino de Dios.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo