¨Mi justo vivirá por la FE; mas, si es cobarde, mi alma no se complacerá en él ¨( Hb 10, 38).
Pablo, en Epístola a los hebreos ( Hb 11,1-40) nos define qué es la FE y nos da modelos de FE en la Historia Sagrada.
¿ Cómo la define?
La Fe es garantía de lo que se espera; la prueba de lo que no se ve. Por la Fe sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, lo visible de lo invisible. Por la Fe debemos agradar a Dios en todo momento, en toda circunstancia, por difícil que sea, pues el que se acerca a El ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
Modelo de Fe nos ofrece el apóstol Pablo. Lo hace de manera enunciativa: Abel, Henoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, entre tantos.
Sigamos hablando de la Fe.
La Fe mueve a la actuación sobre lo que no se ve. Se camina sin saber a dónde se va. La Fe nos hace comprender a plenitud que para Dios no hay imposible.
Por la FE se puede morir sin haber conseguido su objeto.
Por la Fe se anda en búsqueda de una patria mejor, la celestial, y no se piensa en la que se abandona, porque se regresa.
Por la Fe renunciamos a todo y elegimos el oprobio de Cristo, su cruz, nuestra cruz, porque tenemos los ojos puestos en la recompensa: la vida eterna.
Fe es firmeza en actuar como si viera al invisible.
Por la Fe David y Samuel, sometieron reinos, administraron justicia, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon al filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra, a nada temieron, fueron perseguidos, torturados, ..., todo por la FE.
El ejemplo más grande de FE es Jesucristo.
Hoy el evangelio de la Santa Eucaristía ( Mt 8, 5-17) nos ofrece un modelo de Fe: el del centurión, un oficial romano.
Este pagano se acerca a Jesús porque tiene Fe en El, cree en su palabra y su efecto sanador. Tiene la grandeza y, a su vez, humildad de pedir; pedir ayuda no nos debe sentir inferiores ni humillados, no hacerlo es ser ruín; pero el centurión, lo hace para otro. Pide por la salud de su criado que sufre en la cama por estar paralítico.
Jesús le dice: ¨Voy a curarlo¨.
Y el centurión cree tanto en su palabra, que le replica y le dice al Maestro:
¨Señor yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano¨.
Jesús se admiró y dijo a los que le seguían: ¨Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una Fe tan grande¨.
Todo el que tenga FE se sentará en el Reino de los cielos. Los otros, quedarán fuera, en las tinieblas. Allí serán el llanto y la desesperación.
Señor aumenta mi Fe, un poquito cada día. Creer en ti en todo momento, en toda circunstancia, con la esperanza puesta en lo que no se ve y se dará.
Pablo, en Epístola a los hebreos ( Hb 11,1-40) nos define qué es la FE y nos da modelos de FE en la Historia Sagrada.
¿ Cómo la define?
La Fe es garantía de lo que se espera; la prueba de lo que no se ve. Por la Fe sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, lo visible de lo invisible. Por la Fe debemos agradar a Dios en todo momento, en toda circunstancia, por difícil que sea, pues el que se acerca a El ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
Modelo de Fe nos ofrece el apóstol Pablo. Lo hace de manera enunciativa: Abel, Henoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, entre tantos.
Sigamos hablando de la Fe.
La Fe mueve a la actuación sobre lo que no se ve. Se camina sin saber a dónde se va. La Fe nos hace comprender a plenitud que para Dios no hay imposible.
Por la FE se puede morir sin haber conseguido su objeto.
Por la Fe se anda en búsqueda de una patria mejor, la celestial, y no se piensa en la que se abandona, porque se regresa.
Por la Fe renunciamos a todo y elegimos el oprobio de Cristo, su cruz, nuestra cruz, porque tenemos los ojos puestos en la recompensa: la vida eterna.
Fe es firmeza en actuar como si viera al invisible.
Por la Fe David y Samuel, sometieron reinos, administraron justicia, cerraron la boca a los leones; apagaron la violencia del fuego, escaparon al filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron valientes en la guerra, a nada temieron, fueron perseguidos, torturados, ..., todo por la FE.
El ejemplo más grande de FE es Jesucristo.
Hoy el evangelio de la Santa Eucaristía ( Mt 8, 5-17) nos ofrece un modelo de Fe: el del centurión, un oficial romano.
Este pagano se acerca a Jesús porque tiene Fe en El, cree en su palabra y su efecto sanador. Tiene la grandeza y, a su vez, humildad de pedir; pedir ayuda no nos debe sentir inferiores ni humillados, no hacerlo es ser ruín; pero el centurión, lo hace para otro. Pide por la salud de su criado que sufre en la cama por estar paralítico.
Jesús le dice: ¨Voy a curarlo¨.
Y el centurión cree tanto en su palabra, que le replica y le dice al Maestro:
¨Señor yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano¨.
Jesús se admiró y dijo a los que le seguían: ¨Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una Fe tan grande¨.
Todo el que tenga FE se sentará en el Reino de los cielos. Los otros, quedarán fuera, en las tinieblas. Allí serán el llanto y la desesperación.
Señor aumenta mi Fe, un poquito cada día. Creer en ti en todo momento, en toda circunstancia, con la esperanza puesta en lo que no se ve y se dará.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo