La Caridad es amar a Dios por encima de todas las cosas y amar al prójimo como a si mismo.
La Caridad es junto con la Fe y la Esperanza las tres virtudes teologales.
De conformidad con el Catecismo de la Iglesia Católica ( 1822) ¨la caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios¨.
San Agustín afirma que la culminación de todas nuestras obras es el amor.
La Caridad se hace humana cuando Jesús da su mandamiento nuevo a los apóstoles y discípulos:
Aménse unos a otros como yo los he amado ( Jn 15,12).
La Caridad encuentra su máximo esplendedor al hombre cumplir con los diez mandamientos de la ley de Dios ( Jn 15, 9-10; cf. Mt 22,40; Rm 13, 8-10).
San Pablo nos deja ver cómo es la caridad:
¨..., si no tengo caridad, nada soy¨.
¨La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactansiosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.¨
¨La caridad no acaba nunca.
¨Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad¨( 1 Co 13, 1 - 13 ).
El mundo de hoy necesita de la caridad de quienes tienen mucho para quienes tienen poco o nada. El mundo del presente requiere de la caridad de los gobernantes para con sus gobernados. El mundo del aquí y del ahora espera que los empresarios sean más caritativos con sus trabajadores. De estos se espera caridad para con sus semejantes haciendo bien su trabajo, sirviendo como si, al hacerlo, estuvieran haciendolo para Jesús, que es decir, para Dios. El mundo de hoy requiere de solidaridad, de amor, de justicia, que, en conjunto, es ejercicio de la caridad.
La Caridad es junto con la Fe y la Esperanza las tres virtudes teologales.
De conformidad con el Catecismo de la Iglesia Católica ( 1822) ¨la caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios¨.
San Agustín afirma que la culminación de todas nuestras obras es el amor.
La Caridad se hace humana cuando Jesús da su mandamiento nuevo a los apóstoles y discípulos:
Aménse unos a otros como yo los he amado ( Jn 15,12).
La Caridad encuentra su máximo esplendedor al hombre cumplir con los diez mandamientos de la ley de Dios ( Jn 15, 9-10; cf. Mt 22,40; Rm 13, 8-10).
San Pablo nos deja ver cómo es la caridad:
¨..., si no tengo caridad, nada soy¨.
¨La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactansiosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.¨
¨La caridad no acaba nunca.
¨Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad¨( 1 Co 13, 1 - 13 ).
El mundo de hoy necesita de la caridad de quienes tienen mucho para quienes tienen poco o nada. El mundo del presente requiere de la caridad de los gobernantes para con sus gobernados. El mundo del aquí y del ahora espera que los empresarios sean más caritativos con sus trabajadores. De estos se espera caridad para con sus semejantes haciendo bien su trabajo, sirviendo como si, al hacerlo, estuvieran haciendolo para Jesús, que es decir, para Dios. El mundo de hoy requiere de solidaridad, de amor, de justicia, que, en conjunto, es ejercicio de la caridad.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo