La Ascensión del Señor

La Ascensión del Señor se celebra cuarenta días después del domingo de resurrección.
Jesús sube al cielo. Y en vez de tristeza, alegría, porque Nuestro Señor ha triunfado definitivamente. Con su gloriosa resurrección ha vencido a nuestros enemigos: el demonio, el pecado y la muerte. Su ascensión al cielo confirma su victoria y culmina su glorificación como Mesías, Redentor e Hijo de Dios.
Jesús al ascender al cielo va a la diestra de Dios Padre y allí buscará un lugar seguro para quienes creemos en El y le seguimos: la vida eterna.
Y Nuestro Señor Jesucristo no nos ha abandonado y cumple su promesa de enviarnos al Espíritu Santo.
Dentro de pocos días - les dice a los apóstoles y a sus discípulos - ¨ustedes serán bautizados con Espíritu Santo ¨( He 1, 1-11).
Seremos bautizados con Espíritu Santo para tener fuerza y ser sus testigos.
Al cielo miramos para pedir su luz; pero, después a luchar, a predicar su Evangelio.
Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas ( Sal 46).
El Espíritu Santo nos da la sabiduría, la fuerza, para conocerlo; El ilumina nuestros corazones para que sepamos cuál es la esperanza a la que nos llama, cuál es la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos en Cristo ( Ef 1, 17- 23).
Es con esa fuerza que debemos pregonar el Evangelio por todas partes ( Mc 16, 15 - 20).
En el Credo se afirma la Ascensión del Señor.