viernes, 2 de febrero de 2007

Opinión rib La secuestraron y la mataron

Escribo con dolor y tristeza.
No es para menos.
El lunes en la tarde secuestraron a una honorable trabajadora y la mataron.
Ella, junto a su esposo, ya fallecido, trabajó toda la vida. Producto de sus esfuerzos lograron hacer riqueza; riqueza agropecuaria en la zona de El Laberinto.
Ella había perdido a su único hijo varón, quien falleciera joven, con todo un mundo por delante. Fue mi colega. Nos graduamos juntos de abogado y tuvimos una gran amistad que nació en la aulas de la Universidad, nuestra querida Universidad del Zulia.
De ese trabajo productivo son numerosas las personas que pueden dar fe.
Desde hacer carbón, producir tomates, hacer cotizas, criar unos animalitos, producir carne, leche, queso, y salir ¨pelo e guama¨, él mismo a venderlo en el centro de Maracaibo. Y a fuerza de ahorrar, lograron hacer varias haciendas, y hasta una industria...
¨Pelo e guama¨, así se conocía a Helí Saúl Fuenmayor, y su hijo, Helí Saúl Fuenmayor Avila.
Pues bien, al fallecer ambos, como toda una mujer del campo, si se quiere valiente, se puso al frente de todo. Jamás aceptó que se le dijera que vendiera todo. Siguió luchando. Rendíale homenaje permanente a lo creado, haciendo soberanía, creyendo en Venezuela.
Elba Avila de Fuenmayor entrando a La Victoria, una de las fincas, fue secuestrada.
Ella tenía 74 años de edad.
Seguro que no aceptó entregar el esfuerzo de su vida... y fue asesinada.
¨Pelo e guama¨ y Elba eran mis compadres.
Que puedo decir... que siento rabia, dolor, tristeza, ante este hecho, que como muchos que hoy ocurren en Venezuela, son lamentables, y demuestran que la tan cacareada soberanía es sólo verbal y que no hay gobiernos que lo eviten.
A sus hijas, Violeta y Lizbeth, a sus nietos, a toda su familia, mi sentido pésame. Que Dios les de fortaleza espíritual en este trance tan amargo.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo