viernes, 23 de febrero de 2007

Luz en la calle y oscuridad en la casa

Es muy difícil que los pueblos y ciudades de Venezuela donde hay todo tipo de necesidades, entre ellas, la falta de electricidad, puedan entender sus habitantes que se donen plantas eléctricas a Nicaragua.
Primero, hay que satisfacer las del propio pueblo, y luego ayudar a resolver las de los demás.
El mandamiento cristiano ordena querer al prójimo como a ti mismo. Cómo es eso de querer a los demás y no querer al propio país. Porque eso puede ser interpretado de esa manera al ayudar a los demás descuidando a la gente nuestra.
Los venezolanos tenemos la grandeza como objetivo. Lo padecemos desde nuestros libertadores que más pensaron en los demás que en nosotros. Miranda y Bolívar son ejemplos en ese sentido. Y presidentes como Carlos Andrés y Hugo Rafael, también. Se han creído libertadores. Y que no se pongan bravos por esto.
Ambos, con inmensos recursos, lo que lograron fue despilfarrarlos y poco fue lo que consiguieron con su internacionalismo redentor. Se olvidaron de atender primero al pueblo venezolano.
Que conste que somos partidarios de la solidaridad internacional; pero primero Venezuela y luego los demás. No es ílicito ni inmoral pensar de esa manera.
Seamos modestos. Basta de creernos libertadores.
Y hasta cuando la viajadera. Hasta cuándo no dedicarse a gobernar y a resolver, con el concurso de todos, las necesidades y problemas de los venezolanos.
Basta ya, de luz en la calle y oscuridad en la casa.

1 comentario:

  1. Daniel Ortega y Hugo Chávez se empecinan en dar lo que no tienen y obsequiar lo que no les pertenece. Recientemente se supo que Daniel Ortega le hizo un regalo personal a Chávez, el cual consiste en manuscritos originales del poeta nicaragüense Rubén Darío.

    Dichos manuscritos por ley le pertenecen al pueblo nicaragüense y no al demagogo presidente nicaragüense cuyo fanatismo raya en lo inculto y lo absurdo.

    Entiendo entonces la reflexión de Rafael Inciarte y me uno a él en esta acusación contra este par de demagogos quienes ofrecen y obsequian lo que no tienen.

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Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo