Voy a votar y seré riguroso

Carlos Albero Montaner, en su más reciente obra, titulada, La Libertad y sus enemigos, plantea, en uno de sus capítulos, Cómo se elige un buen gobernante o el elector como ¨cazatalentos¨. Lo inicia con un epígrafe que corresponde a un proverbio inglés que dice: ¨A los políticos y a los pañales que usan los niños hay que cambiarlos a menudo y por las mismas razones¨.
Es un tema de palpitante actualidad para Latinoamérica y Venezuela no constituye la excepción, ya que tenemos amargas experiencias por no ejercer con rigurosidad, responsabilidad y civismo el derecho al voto.
Yo abogo por el voto selectivo o nominal. No me gustan, en principio, las listas. Para aceptarlas éstas tendrían que ser bien elaboradas, lo que generalmente, no ocurre.
Los candiatos deberían cumplir con ciertas condiciones o requisitos que más adelante señalaré a guisa de ejemplo.
Quiero destacar que votando selectivamente uno puede escoger, con rigurosidad, lo mejor.
Es difícil poder ejercer esa rigurosidad a plenitud por varias razones:
Una, que no se conocen esas listas. Dos, que los candidatos no exhiben, salvo excepciones muy escasas, su plan legislativo, su trayectoria, sus condiciones, etc.
En aras de obtener esas listas para poder ejercer mi derecho de acuerdo con responsabilidad, rigurosidad y civismo, me he dirigido al CNE. Espero respuesta. Sin embargo, tengo cierta información parcial de los candidatos y nada más.
Confieso que es una elección silenciosa. Muy silenciosa. No se sabe qué planes legislativos se le plantean a los electores, que le permitan votar bien.
Sin embargo, con todo y ese grave escollo, he analizado varios candidatos, y soy capaz de señalar dos, por los que pienso votar, repito, selectiva o nominalmente. Ellos son Humberto Andrade Cepeda y Fernando Villasmil.
He analizado la trayectoria de ambos. Sé cómo piensan. Son demócratas a plenitud, convencidos, creen en la libertad. Creen en la descentralización. Creen en la propiedad privada. Tienen experiencia. Saben de economía. Saben que las devaluaciones empobrecen. Son honestos. Tienen solidez intelectual y cultural. Son políticos. Tolerantes.
Son requisitos que, a manera enunciativa, he visto en ellos. Yo desearía que en los candidatos sean estos los requisitos que les adornen.
Votemos. Seamos responsables. Rigurosos. Defendamos el voto.