miércoles, 8 de julio de 2009

Se fue de viaje el Cónsul de Isla de Toas

Llegaba. Se anunciaba: ¨Es el cónsul de Isla de Toas¨.
Para quienes no lo sepan. Isla de Toas es una bella pequeña isla ubicada en el Golfo de Venezuela en la entrada del Lago de Maracaibo, de apenas 139 kilómetros cuadrados, cerca de El Moján.
Quien tenga curiosidad y ánimo de hacer turismo de aventura para conocer un lugar paradisíaco, de preciosas bellezas naturales, acérquese. Tome un bote, un velero o una chalana, o un yate, si es rico y lo tiene, proceda a recorrer esa zona, desde el Golfo de Venezuela hacia abajo pasando por Zapara, San Carlos, Toas, Maracas, el inmenso río Limón hasta la sufrida y hermosa laguna de Sinamaica. Regresará, con toda seguridad. Es región goagira. Es region zuliana, tierra soberana de gran primor.
Vuelvo con lo de cónsul.
Cónsul es persona autorizada en una población de un Estado extranjero para proteger las personas e intereses de los individuos de la nación que lo nombra. Por supuesto, esa presentación, era una manera, por qué no original, jocosa, para hacer reir a los demás, base del buen humor. Porque él no tenía nombramiento alguno - no podía tenerlo - porque Isla de Toas no es Estado extranjero ni nada parecido.
Ese cónsul original era un propagandista permanente de Isla de Toas en empresas, instituciones y casa de familia de amigos, donde se hacía anunciar. También era un defensor de los intereses ( razón de ser de un cónsul ) de su gente sufrida. Una voz de sus hermanos para pedir para ellos atención médica, hospitalaria, medicinas, soluciones de los numerosos problemas de la Isla, entre ellos, el sempiterno, la falta de agua, en una zona donde abunda ese líquido vital que la ineptitud y negligencia de sus gobernantes no han sabido solucionar, defensa del cabal cumplimiento de contratos colectivos de trabajo, solicitud de empleos, ... Me consta que, siempre lo hacía, desprendidamente, por los demás.
¿ Saben ustedes qué yacimiento existe en Isla de Toas?
El de Roca caliza. El primer mineral explotado en el Zulia.
Yacimiento muy rico que, fuera defendido, hasta el sacrificio, por los caciques de los aborígenes de la Isla, de la voracidad explotadora de los conquistadores españoles.
A Isla de Toas siempre le han sacado la piedra. Se la siguen sacando. Y la han rebanado, la han reducido...
Isla de Toas está presente de manera silente en iglesias, castillos , palacios, mansiones y otras construcciones en Maracaibo, en Coro, Los Andes, Andalucía, España. A guisa de ejemplo, llevan las desgarraduras de su cuerpo explotado, pero la alegría de su piedra, castillos como el de San Carlos, Castilletes, Paijana, Barra Grande, Torreón de Zapara, la Catedral de Maracaibo, el Convento, la Iglesia de Cristo de Aranza, la Casa de Morales, mansiones, obras de arte, entre otras.
Isla de Toas tiene hoy una población pequeña, de menos de diez mil habitantes. Ayer de hombres y mujeres inocentes, alegres, cultos, poetas, compositores, trovadores, pintores...hoy, de cada día mayor número - preocupante, por cierto - de gente con influencias y costumbres extrañas, raras,...
Yo no sé si algún presidente de Venezuela ha visitado Isla de Toas, pero candidatos, a borbollones y promesas infinitas e incumplidas...
Al cónsul de Isla de Toas le conocían con el apelativo de ¨Changa ¨, costumbre de nuestros pueblos de llamar a su gente por sobrenombres, apodos, etc. Nunca por su nombre verdadero o su apellido.
Changa era un hombre de gran sensibilidad humana y social. Lo demostró con su entrega total por los demás, como buen hijo, hermano, esposo, padre, familiar, rol que cumplió a cabalidad, de forma excepcional y como amigo, extraordinario. Tenía un gran sentido de la amistad. A la que le rendía culto.
Fue un alma de Dios volcado a hacer siempre el bien. A nadie dañó, devolvía bien por mal.
Leví Parra, gran compositor de la Isla, dejó una canción que identifica a Toas, y que ese excelente cantante, con el conjunto Palmarital, Victor Alvarado, el cantor de la Isla, grabara para siempre. He aquí un párrafo: Grupo de varios veleros adornan la rada de mi Toas, chalanas, piraguas y canoas y los verdes cocoteros en sus riberas.
El cónsul de Isla de Toas sufría la suerte de su lar, de donde emigraban - ¿ emigran o migran ? - sus hijos en búsqueda de dignas condiciones de vida, porque Venezuela hoy tiene migraciones y emigraciones. Son numerosos los toenses que ¨viven ´en el extranjero, en Maracaibo y en todo el territorio venezolano.
A José Angel Nava ¨Changa ¨le dio la ventolera de viajar inesperadamente ! coño ! sin consultar a quienes no podíamos estar presente para decirle adios, a quienes le amamos y quisimos. Pero no lo crítico porque estaba ansioso por ir a visitar a Dios, a vivir la vida eterna. Y ya tenemos noticias que fue por El, bien recibido. En los predios celestiales velará por los demás, principalmente y como buen cónsul, por los intereses de las personas de su Isla y ya le debe estar pidiéndole a Dios que les envíe su protección para que su pueblo abatido y triste, vuelva a ser cuna de poetas, lectores, pintores, y de gente feliz y alegre, amantes de Dios y de fe en El. Que descanse en paz y brille para su espíritu la luz perpetua.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo