Las ciudades que tuvieron la suerte, la dicha, de escuchar las enseñanzas y ver los milagros de Jesús, no se convirtieron. Despreciaron la gracia del Maestro.
En el evangelio de hoy ( Mt 11,20-24 ) encontramos que Betsaida, Corazín y Cafarnaún fueron esas ciudades.
¿Qué mensaje nos deja la Palabra de Jesucristo?
Que toda persona o ciudad, ayer y hoy, que no siga esas enseñanzas, que no se conviertan a la fe, será destruida. Les ocurrirá una suerte peor a la de Sodoma y Gomorra, que, por su corrupción, su indiferencia, su alejamiento de Dios, se hundieron.
Hay que seguir a Jesucristo. Diariamente leer su Palabra, encontrar su mensaje y seguirle con entusiasmo. Internalizar ese mensaje y luchar porque nuestras vidas sean un reflejo del evangelio y de lo que nos enseña la Santa Iglesia Católica.
El anuncio de Jesucristo al mundo de hoy está indispensablemente unido al desarrollo integral del hombre, como bien lo apunta Benedicto XVI en su reciente Encíclica Caritas in veritate, caridad en la verdad.
En el evangelio de hoy ( Mt 11,20-24 ) encontramos que Betsaida, Corazín y Cafarnaún fueron esas ciudades.
¿Qué mensaje nos deja la Palabra de Jesucristo?
Que toda persona o ciudad, ayer y hoy, que no siga esas enseñanzas, que no se conviertan a la fe, será destruida. Les ocurrirá una suerte peor a la de Sodoma y Gomorra, que, por su corrupción, su indiferencia, su alejamiento de Dios, se hundieron.
Hay que seguir a Jesucristo. Diariamente leer su Palabra, encontrar su mensaje y seguirle con entusiasmo. Internalizar ese mensaje y luchar porque nuestras vidas sean un reflejo del evangelio y de lo que nos enseña la Santa Iglesia Católica.
El anuncio de Jesucristo al mundo de hoy está indispensablemente unido al desarrollo integral del hombre, como bien lo apunta Benedicto XVI en su reciente Encíclica Caritas in veritate, caridad en la verdad.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo