jueves, 17 de abril de 2008

Me lo contò Juan. La situaciòn de la joven mujer pobre embarazada

Juan se pierde. A veces pienso que ya se olvidò de quienes le apreciamos.
El es incorregible. Es fantasioso. No sè si embustero.
Ha reaparecido y me ha contado dos historias, que compartirè con ustedes.
Me dice.
Sabes que entrè a un mall inmenso. Iba al super a comprar unas hojillas. Quedè asombrado con el precio por dos: 8 dòlares.
Aqui comienza a fantasear.
En Venezuela se cobra en bolìvares, le digo.
En vez de insistir me expresa su posible decisiòn de hacerse crecer la barba.
No sòlo Fidel puede tenerla. La mìa serà mejor...
Me pregunto para mis adentros. ¿ Estarà bien de la cabeza ?
En el super llorè.
Por què Juan ?
Veo a una joven muchacha besandose con su novio, bueno, eso presumo. El es trabajador de la carnicerìa...
Me acerco - habla Juan - y escucho el diàlogo.
Necesito comprar medicinas... Còmo hago ?
Que te puedo decir... yo no tengo...
Y què vas a hacer conmigo ? Me estàn botando del cuarto que tenemos alquilado...
La muchacha escuchò a su novio, que sòlo atinaba a decir... no sè, no sè...
Los muchachos dicen ser novios... Yo los llamo...queri novios...
Juan ratifica que reventò el llanto... Cuando vio a la joven embarazada llorar.
El confiesa que escuchò al bebè que decìa: ¿ què harè cuando vaya pa llà ?
Me fuì de inmediato... Dejè los paquetes de hojillas para afeitar.
Cuando se lo contè a mi mujer, que me hace sentir mal el ver llorar a una mujer... me dijo:
Que bueno que me lo has contado...
El super estaba solo o casi solo... pocos compraban...
Es a veces conmovedor escuchar a Juan, el incorregible...

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo