jueves, 7 de junio de 2007

Rómulo Betancourt ante la corrupción administrativa

El 8 de febrero de 2008 estaría Rómulo Betancourt llegando a cien años de edad.
Humildemente, desde Escritos en el Tiempo, he venido rindiendo homenaje a ese gran líder, que, sin duda, lo fuera Rómulo. El forma parte de los ases de la política venezolana: Bolívar, Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez. Lo afirmó de esa manera, Francisco Herrera Luque.
Para el desarrollo de estas notas, seguiré al destacado historiador y escritor venezolano, Manuel Caballero, en su libro, Rómulo Betancourt, político de nación, específicamente, en el capítulo XXI, que se titula: El combate a la corrupción.
Lord Acton es autor de la siguiente cita: ¨El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente¨.
La cita a mi me permite dividir al poder en aquel que es democrático, y el poder dictatorial o autócrata.
El poder democrático se rige por el estado de derecho. La autoridad cumple sus funciones ceñida a la ley. Es el poder separado en tres ramas: legislativa, ejecutiva y judicial. Es la llamada separación de poderes de Montesquieu, que limita, controla, al poder.
En cambio el autocrático o dictatorial se rige por la voluntad del caudillo o del tirano o dictador.
Obviamente, no se rige por la ley. Se befa de ésta.
Es menos la corrupción administrativa en el primero. Abunda, como río desbordado en conuco, porque no tiene dique de contención, en las autocracias o dictaduras.
A Rómulo le tocó vivir los primeros 27 años de su vida, bajo la tiranía de Gómez, considerado por Caballero ¨el gobernante más corrompido que hubiese conocido Venezuela en toda su historia.¨
Lo afirma en la página 401 de su obra biográfica, ya citada.
Qué plantean los jóvenes estudiantes de 1928, entre ellos el biografiado ?
La conquista de una ¨democracia decente ¨como quedó plasmado ¨En las huellas de la pezuña¨, escrito de Betancourt y Otero Silva. Ob. cit. pág. 401
Por cierto, y por ironía de la vida, esa frase la tuvo que utilizar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Desde joven se sintió ¨censor vigilante de la pulcritud administrativa ¨.
Sabía que la corrupción administrativa era un mal arraigado en Venezuela.
Se dio el caso que durante el gobierno presidido por el General Medina Angarita, no sólo siguió la corrupción tradicional sino que surgió otra, la del gobierno empeñado en formar un partido político propio, con las arcas del Estado, fortalecidas con los grandes ingresos petroleros. Se trató del PDV que constituyó un fracaso.
En el trienio cívico militar del 45 al 48, presidiendo la Junta Revolucionaria, se estableció ¨como norma permanente ¨la declaración jurada de bienes al entrar y salir de los cargos.
El fundador de Acción Democrática al salir de la Presidencia salió ¨más pobre de cuando entró. Los militares que derrocaron a Gallegos no encontraron como acusarlo de corrupción.
Pasó igual cuando sale del período constitucional 1959 a 1964. Ni siquiera tiene un techo donde vivir.
Su vida siempre fue austera. Jamás se acostumbró a grandes gastos.
Úno de los éxitos de esta gestión fue haber extraditado a Marcos Pérez Jiménez, ex dictador, quien fuera condenado, constituyendo ese hecho un ejemplo para la moralización administrativa.
Muchos pueblos tienen memoria corta y parecen estar dispuestos a vivir siempre en esclavitud, porque el peculado o corrupción administrativa empobrece a aquéllos, y, sin embargo, vuelven a elegir, o lo pretenden, al corrupto gobernante.
Pasó con Pérez Jiménez. Si no se hubiera inhabilitado quizas qué habría pasado.
Pocos días, antes de su muerte, en su último discurso citó a Juan Pablo Pérez Alfonzo y su vida austera. Lo hace como lucha frontal en contra de la corrupción administrativa y el nuevorriquismo. Pérez Alfonzo llegó a ser ¨una conciencia vigilante de la nación ¨.
Qué logró con su lucha ? Ha cesado esa lacra ? Han cumplido los que llegaron al poder prometiendo ¨barrer¨la corrupción ?
Pienso que Rómulo dejó un legado. Ejemplo permanente para todo político en el ejercicio de cargos públicos. Para cualquier sistema político. Que necesita de hombres virtuosos y de gran moral. Es esa su trascendencia.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo