sábado, 2 de junio de 2007

Comunidad y Autoridad

Cuando pertenecemos a una comunidad, tenemos el deber ético de participar. Es también constitucional y legal.
Al participar somos ciudadanos a plenitud.
Ahora bien, la actuación en comunidad no conlleva el que perdamos la libertad. Al contrario, ejercemos ésta, en comunidad.
Alguien sostuvo que lo peor que le puede ocurrir a un cristiano y a un no cristiano también, es perder la libertad. Cuando esto pasa, se produce la esclavitud. Y, por supuesto, se determina fácilmente la naturaleza del gobierno.
Al participar no nos aislamos. El aislamiento produce enfermedades, principalmente, de tipo nervioso. Pudiera darse una relación de causa efecto, entre aislamiento y enfermedad.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos recomienda: ¨No viváis aislados, cerrados en vosotros mismos, como si estuvieseis ya iustificados, sino reuníos para buscar juntos lo que constituye el bien común .¨
Una recomendación, que quiero resaltar, es la de servir. Servir y no ser servidos. Servir es reinar. Dar lo mejor por nuestra comunidad.
La comunidad necesita tener autoridad. La convivencia social implica la existencia de autoridad.
Ningún tipo de sociedad, especialmente la comunidad política, puede prescindir de la autoridad; pero ésta, tiene que ceñir sus funciones, para lograr la obediencia de todos los actores, al estricto cumplimiento de las leyes, empezando por acatar la Constitución, la ley suprema de una nación.
La autoridad no logra su legitimidad cuando actúa arbitrariamente, viola las leyes, ejecuta acciones contrarias a la moral. Cuando esto acaece, el ciudadano tiene el derecho constitucional, humano, de la resistencia civil.
Un gobierno es bueno cuando está acorde con el bien común, y con la felicidad de sus gobernados. Cuando es capaz de crear las mejores condiciones para el ejercicio de la participación. Si no lo hace, los medios de participación se convertirían en letra muerte. Y no sería bolivariano porque El Libertador decía que el mejor gobierno es el que produce la mayor suma de felicidad posible ni socialista si niega la libertad.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo