martes, 24 de enero de 2006

Y que placer me produjo el coco

Llegamos a eso de la 9 y 30 de la mañana a San Carlos.
Lo hicimos un grupo familiar. Que partió temprano desde Maracaibo hasta El Moján en caravana.
Ibamos en tres carros mi esposa, una cuñada, tres de mis hijos, uno no quizo ir, mis nietos,una yerna, un sobrino, la novia del menor de mis hijos, y por supuesto, quien esto escribe.
Desayunamos empanadas en un kiosco situado después de Puerto Caballo, o de Cabeza e´toro, tradicional sitio donde se come pescado sin cubiertos, es decir, con las manos.
La carretera tiene de lado y lado bohíos o restaurantes típicos. Son numerosas las personas que, los fines de semana, principalmente, acuden a esos sitios ubicados a orillas del Lago de Maracaibo. No sólo maracuchos sino gente de todo el estado Zulia, de todo el país y de turistas extranjeros. La carretera bordea las playas del Lago. Es una vía que conduce a Colombia empezando por Maicao. Y se le tiene como zona turística.
Antes de las 9 abordamos una lancha. Siempre con el resquemor que producen estas ¨naves¨, o mejor, con el miedo que despierta el hacer esa travesía, que dura poco, en esas embarcaciones, generalmente, poco cuidadas.
Hizo una breve llegada a Isla de Toas. Se apearon unos pasajeros. Y a las 9 y 30 ya estabámos en San Carlos.
San Carlos, junto a otras islas, entre ellas, Toas, Maraca, Sabaneta, conforman el Municipio Insular Padilla.
San Carlos es una isla ubicada en la boca del Lago. Del Lago de Maracaibo, hoy contaminado, pero no por eso menos hermoso. A quien le despierte la curiosidad le invito a que navegue por él. Es pura belleza. Escenas naturales preciosas. Lamentará no haberlo hecho antes.
El pueblo abandonado. Casas descuidadas. Pobreza a la vista simple de cualquiera.
Procedimos a alquilar un toldo a orillas de la playa que es de mar.
Estando ya instalados dos cosas me llamaron la atención. Una, la gran cantidad de pequeños abastos.
Por cierto, para satisfacer mi curiosidad le pregunté a uno de los propietarios.
- Mira cómo está el negocio.
-Mal. Fue su respuesta fulminante.
-Está mal porque hay tres abastos por cada casa de habitación. Que molleja. La alcaldía les dió licencia a todos. Que antes eran adecos y copeyanos y ahora son chavistas los vagabundos esos.
Lo otro. Que mi hijo menor me planteó que debería hacer campaña política en un pueblito así, porque según él, era fácil lograr el liderazgo y hasta alcalde podría llegar a ser.
Por supuesto, que conociendolo, a debido ser una manera de ejercer su buen humor con su padre; pero más adelante escuché que, un amigo de Maracaibo piensa residenciarse en San Carlos con ese propósito, aparte el de llevar una vida apasible.
Pregunté varias veces cómo se hace campaña política en un pueblo que no cree en nadie. Qué le ofrece un concejal o un alcalde o cualquier otro político. La esperanza debe ser una quimera en sus habitantes; esperanza en una vida mejor o de mínima calidad de vida.
Qué hace un habitante de San Carlos? Pero, ironía hay quien tiene Directv.
Almorzamos a orilla de la playa que casi todos disfrutaron banándose en ella. Sabrosas sus aguas y espléndido su sol.
Comí mojito de chucho. Es el mejor mojito que he comido.
Disfruté con mis nietos y con todo el grupo. Que buen momento.
A las 4 de la tarde abordamos la misma lancha. Nuevamente un susto; pero a la 4 y 30 arribamos a El Moján.
La carretera está en buen estado. Tiene muchos policías acostados por razones de seguridad vial o mejor para evitar accidentes en contra de la gente.
Antes de llegar a Cabeza e´toro llegamos a tomar agua de coco.
Que placer. Que buena estaba.
Disfruté del coco porque el mojito también era en coco.
Fue un día sin estrés, feliz...

1 comentario:

  1. Hola hola por aquí estoy visitando tu blog por primera vez y disfrutando tu post.
    Besos con sabor a Cereza.
    www.impulsosysentidos.com
    Cereza

    ResponderBorrar

Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo