miércoles, 14 de septiembre de 2005

Amenidades

Reaparece Juan. El, como lo he dicho en otras ocasiones, se pierde. Ahora, viene con un cuento, que jura, es verdad.
- Tu sabes Rafa que tengo un amigo en Maracaibo. Lo llaman ¨el flaco¨, me dice que lo ponga entre comillas. Pesa 45 kilos y mide 1.9o de estatura.
Resulta que, estando en la Tierra del Sol Amada, me aborda.
-Sabéis Juan que en mi casa sale una muerta; pero te cuento, es una bella mujer, esbelta, jovencita,..., sale a toda hora. En el desayuno, en el almuerzo, en la cena, de madrugada...
- Flaco ve que yo te conozco...
- Creeme, que es verdad... imaginate que, en las fiestas que hay en mi casa la sacan a bailar... y lo hace a las mil maravillas.
- El otro día, mi amigo Raymundo Montiel fue a los días, después de la última fiesta, por ahora, a mi casa. Sabes a qué?
- No sé. Responde Juan.
- A que se la presentara.
- Flaco, no seas tan embustero.
- No me faltes el respeto, porque, por menos, me he ido a puños con el más pintado; pero con vos no, porque eres mi hermano...
- Es una broma flaco. Tu sabes como te aprecio.
- Pues bien. Raymundo, se quedó asombrado, cuando el flaco le dijo.
- Es Rosita. Así la llamamos todos en la familia, y sale tanto, que ya no nos asombra... es un miembro más de la familia.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo