martes, 23 de agosto de 2005

Un siervo inútil

En 1981 ocurrió un hecho que fue de gran proyección histórica. Primero, fue considerado milagroso porque no quedaba lugar a la duda de la intervención de Dios. Así lo consideraron los testigos.
Ese hecho al que primero asombró fue al criminal, que todavía, si existe, no debe haber salido de su asombro. A otros, ha debido producirles igual efecto. A otros, no. Entre éstos, a la víctima y a quien más cerca estaba de él.
El criminal, un experto en la materia, que no fallaba en esos menesteres, se preguntaba una y otra vez, como pudo desviarse la bala.
Para Juan Pablo II siempre hubo una razón: la intervención de Dios que desvió la bala asesina.
Ese hecho unió a la iglesia en oraciones por la salvación del Papa Juan Pablo II.
Por qué lo de la proyección histórica? Porque si bien es cierto que, ¨debilitó la salud y las fuerzas del Santo Padre,.. en modo alguno aminoró la eficacia y fecundidad de su ministerio apostólico en la Iglesia y en el mundo¨. Si se me permite, yo diría que lo enriqueció aún más.
Veamos por qué?
Juan Pablo II sostenía que en el ejercicio de su ministerio, no era el único que actuaba. Sentía la presencia de Dios que lo utilizaba como siervo a su disposición.
En la caída del comunismo él estaba claro que no era sólo el defecto de sus doctrinas económicas lo que había producido ese derrumbe. Fue la divulgación del Evangelio. ¨Hasta los demonios se nos someten en tu nombre¨, le decían a Cristo los primeros discípulos. Cristo decía: ¨Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer¨.
Juan Pablo II estaba claro que el atentado en su contra obedecía ¨a las útimas convulsiones de las ideologías de las prepotencias surgidas en el siglo XX¨, es decir, el fascismo, el hitlerismo y el comunismo, que propugnaban la imposición por la fuerza, asesinando a personas inocentes y honestas.
Hoy están representadas por las ¨redes del terror¨. Que quieren sumergir, a través de actos como el de las Torres Gemelas de New York, de la Estación de Atocha en Madrid, entre otros, no menos sangrientos, al mundo en violencia.
La violencia se apoderará otra vez de la humanidad?
El creyente debe orar sin cesar. Sabe que el mal es vencido por el bien, así el mal esté erigido en sistema.
El creyente sabe que es el sufrimiento que destruye y consume el mal con el fuego del amor, y aprovecha incluso al pecado para múltiples brotes de bien.
Juan Pablo II junto con ser abaleado lo primero que hizo fue perdonar al criminal.
Y recordemos siempre el papel protagónico de Juan Pablo II en la caída del comunismo.
Todo lo antes expuesto, está casí que totalmente en el libro Memoria e Identidad de Juan Pablo II. Recomiendo su lectura.

2 comentarios:

  1. El gran ejemplo de Perdón en la humanidad además, fue el de Jesucristo al perdonar a quienes lo martirizaron.
    El perdón es Divino

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  2. El gran ejemplo de Perdón en la humanidad además, fue el de Jesucristo al perdonar a quienes lo martirizaron.
    El perdón es Divino

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Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo