miércoles, 29 de agosto de 2007

Escritos en el Tiempo. Un cambio dentro del sistema

El supí, 24 de agosto de 1990.
En dias pasados circuló la noticia de la posibilidad de un golpe de carácter militar en Venezuela. La noticia fue publicada en un importante periódico de los Estados Unidos de Norteamérica, específicamente, The New York Times, que, por cierto, no constituyó posición del diario y que sería interesante conocer quiénes la hicieron aparecer y, además, las causas de su propalación. Hay quienes sostienen que fue ensamblada en base a lo que en la jerga periodística se denomina ¨refrito¨.
Independientemente de que existen causas más que justificadas para un hecho de tal naturaleza, hay que romper con lo que ya parece eterno en nuestra realidad latinoamericana: el péndulo democracia-golpe-democracia-golpe...
A una revolucíon se debe llegar cuando ya no quede otro remedio ante las dificultades existentes.
En Venezuela existen posibilidades para un cambio sin ruptura del sistema democrático. Se requiere de un espíritu de grandeza de todos nuestros líderes políticos, que sus méritos tienen , no obstante alguna presunta campaña en hacer ver lo contrario; un espíritu de sacrificio de posiciones; un espíritu en apoyar todo aquello que propenda a reformar nuestro sistema para renovarlo en función del bienestar de las mayorías. Pero no es sólo a éllos, a los políticos, a los que hay que exigirle ese sacrificio. Este debería ser compartido por empresarios y sindicalistas.
Si la privatización es necesaria en muchos sectores de la economía, que no hayan obstáculos que presuntamente pudieran estar proviniendo de esos sectores, para ser puesta en ejecución; lo mismo que no se trabe la posibilidad de una mejor tributación y una lucha a fondo contra la corrupción, ya que del éxito de estas políticas el beneficio social , representado en mejores servicios, no se haría esperar.
Dada la onda democratizante internacional y los fracasos de los golpes de estado en nuestra América latina, ese cambio en o dentro del sistema democrático que nos rije es una posibilidad con asidero siempre y cuando se actúe de la manera indicada. Sólo así se le ahorrarían al país peores traumas y dolores.
Nota:
Este artículo, como muchos que tengo escritos en cuadernos, libretas y agendas, no vió luz, es decir, no fue publicado.
Ahora bien, debo destacar que, para ese momento, 24 de agosto de 1990, no tenía ningún conocimiento de internet, obviamente, no tenía posibilidad de escribir en algún periódico. Hoy ha variado mi situación: tengo computadora, blog ; pero sigo sin poder escribir en periódicos, salvo el interregno representado por publicaciones periódicas y eventuales en algunos diarios.
Comentario de este artículo.
La posibilidad de un golpe de estado fue anunciada con suma antelación. El gobierno que presidía Carlos Andrés Pérez, pudo haber tomado medidas para evitarlo. Qué pasó ?
No sólo hubo uno, el del 4 de febrero de 1992, encabezado por el teniente coronel Hugo Chávez Frías. Se produjo otro, ese mismo año, en noviembre, liderado por Odremán.
Las causas, que presuntamente les dieron origen, la pobreza de las mayorías y la corrupción no han variado. La corrupción se ha agravado al día de hoy.
Otro aspecto a ser tomado en consideración, que el estatismo ha crecido bárbaramente y los poderes del presidente Chávez están llegando a lo ilimitado.
Hoy muchos empresarios se han plegado al régimen y han hecho, siguen haciendo, grandes negociados sin importarles la suerte del país, su libertad y su democracia.
Los golpes de estado sólo producen traumas y sacrificios. Venezuela del ayer y del presente puede escribir incontables páginas al respecto. Del odio, de las heridas, difíciles de sanar.
Si el presente lleva a una posición, en defensa de la libertad, ésta debe ser la de la resistencia pasiva, no violenta, y que el pueblo salga a la calle y no regrese hasta sustitur este régimen que pretende perpetuarse en el tiempo. Las instituciones deben actuar, principalmente, el TSJ, como en su momento, lo hiciera contra Carlos Andrés Pérez.
No a otro golpe.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo