martes, 15 de mayo de 2007

Si yo fuera magistrado

Ante el caso RCTV, siendo magistrado del Tribunal Supremo de Justicia y en vista de la o las solicitudes de amparo constitucional incoadas por la representación de dicho canal televisivo, procedería, acorde con mis facultades constitucionales, es decir, con independencia, y ceñido a lo contenido en las actas procesales.
Nada me importarían las presiones, vinieren de donde vinieren, que, presumiblemente, y sin presunciones, deben producirse ante tan delicado asunto.
En el expediente, que no es sólo el mundo del juez, deben estar contenidas las actuaciones administrativas del gobierno, que preside Chávez, y, obviamente, los elementos o fundamentos de la contraparte: la referida representación.
Me aislaría durante estos días. Y analizaría todo lo actuado. Ceñido a la constitución, las leyes especiales que regulan lo pertinente a la concesión de señales operativas de TV en Venezuela, y lo que la más calificada doctrina jurídica diga al respecto.
Presentaría, urgentemente, la ponencia respectiva; y digo ponencia, en caso de ser el ponente, que sería el proyecto de sentencia correspondiente. Y de no serlo, haría lo conducente.
Trataría de hacer un monumento de sentencia. Haría el ejercicio del Buen Derecho para que toda crítica jurídica, seria, científica u objetiva se vea forzada a estudiarla exhaustivamente, sin tremendismo político alguno ajeno a la Ciencia del Derecho.
Por supuesto, que esa sería mi posición si fuera Magistrado del TSJ.
Es una solución jurídica la que resolvería lo planteado en el caso RCTV, que todos deberían respetar y acatar.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo