miércoles, 23 de mayo de 2007

Nuevamente, dónde está Claudio Fermín?

El 13 de enero de 2003 , Claudio Fermín parecía alejado del torbellino político que acosaba - sigue acosando? - al país. Pregunto, dónde está Claudio?
La misma pregunta hicimos cuando Caldera II ganó las elecciones presidenciales que lo llevó nuevamente a Miraflores. Muchos pensamos que Claudio iba a enfrascarse en la ardua labor de dominar a Acción Democrática y proceder a su renovación. Ya sabemos qué pasó. Son hechos que la Historia juzgará.
El 13 de enero de 2003, Tal Cual, le entrevistaba. La periodista Valentina Larez se encargó de ello.
El título de la entrevista fue: ¨El costo de un acuerdo será el digusto de los radicales.¨
Por considerarla de interés y actual, en lo que atañe a su contenido, dada la situación delicada que vive Venezuela, que pudiera producir una quiza indeseada intervención militar, voy a glosarla. Pienso, sin mezquindad alguna, que Claudio es un político capaz, preparado y joven. El país puede recibir mucho de Claudio. Se me ocurre verlo, si se dieran las condiciones, como un canciller de postín, un ¨diplomático sin fronteras ¨ - Milos Alcalay dixit - sirviendo a la Nación, a todos los venezolanos sin distingo de ningún tipo. Claudio no es hombre de odios.
1. No al radicalismo.
Claudio, para aquellos momentos, sumamente encrespados por las pasiones, emprendió una lucha contra el radicalismo, viniendo de donde viniere. Radicalismo, que, con sus fórmulas implacables, tenían, tienen, a Venezuela al borde de la ruina y no solo de ésta.
2. Racionalizar la agenda del conflicto nacional.
Racionalizar esa agenda implica sustituir la intolerancia por el entendimiento, la arbitrariedad por el Estado de Derecho.
Afirmaba el entrevistado que lo que le viene a Venezuela es un cambio completo de modelo político. Se impone la necesidad de un modelo político plural para no repetir este esquema de confrontación, y es por eso que Venezuela comenzará a ser el país de la política, de los acuerdos, de las concesiones. Lo otro es el país de la barbarie...¨
3. El costo de la confrontación.
Ese costo no puede ser, no puede seguir siendo hoy, la ruina del país.
No es que no se ejerzan presiones, sino que ¨con inteligencia introduzcamos dentro de la agenda de negociaciones la normalización del país. ¨ Por supuesto, la paz.
4. No a la autocensura.
Ante la acción de los radicales, tanto del gobierno como de la oposición, hay que correr el riesgo de exponer nuestros argumentos, moderados y racionales, y no incurrir en maximalismo o en el chantaje de éste.
¨Yo les hago un llamado a todos los que tienen propuestas sensatas a que se liberen del chantaje del radicalismo, de la creencia en un país en el que supuestamente entenderse es claudicar y que congeniar es traicionar .¨
5. La intervención militar.
Hasta ahora la confrontación civil no se ha desbordado. ¨Si se desborda podría devenir en una intervención militar¨. Sólo por esto?
Es hora de dejar de hablar para las gradas y de dejar el ¨antiimperialismo mitinesco ¨, como diría Rómulo Betancourt.
Es hora de ser Político de Nación. Que se actúe, ya sea desde el gobierno como de la oposición, en beneficio de todos los venezolanos.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo