miércoles, 27 de julio de 2005

Las mascotas tienen sus secretos

Salgo a caminar. Es temprano. Dedico media hora. Luego entro al gimnsasio.
Me he propuesto mantener esta actividad hasta que Dios quiera o me lo permita. ¿El objetivo? poder llegar a una vejez lo más sano posible.
Recomiendo hacer ejercicios, principalmente para las piernas, para que se mantengan fuertes y evitar las caídas y sus consecuencias; previamente, consulte con su médico.
Cerca del gimnasio veo salir de uno de los apartamentos, a una hermosa joven embarazada. Se dispone a salir a caminar. LLeva a su mascota.
El perrito me hace recordar a Rocky. Su parecido es fantástico, igualito, hasta podría decirse.
Rocky llegó a nuestra casa en Maracaibo de contrabando. ¿Cómo fue eso?
Resulta que mi hija venía de Caracas a Maracaibo. Una amiga suya se lo regaló. Tenía pocos días de nacido. El contrabando tuvo cómplice. ¿Quién?
La aeromoza del avión de LAV. Ella se dió cuenta del movimiento del animalito, quen venía dentro del bolso de mi hija, y se hizo la loca.
Pues bien, Rocky fue aceptado en la familia. Obtuvo privilegios. Andaba por toda la casa. Dormía en las camas y él mismo se arropaba. Cuando ibamos para la playa, él se autoinvitaba. Rompía resistencias.
Recuerdo que, en cierta ocasión, ibamos para las hermosas playas de Punto Fijo. La intención era dejarlo. Nos disponíamos a irnos... cuando... de pronto y como una flecha... pegó un brinco y cayó dentro del carro... se ganó el viaje. Disfrutó la playa de El Pico como todos nosotros.
Contar las cosas o historias o anécdotas de Rocky es largo y no quiero fastidiarlos.
Cuando mi hija decidió irse de Venezuela, Rocky, inteligentemente, nos adoptó a mi esposa y a quien escribe, como sus padres..., perdón, como sus nuevos dueños.
Varios años después le recordábamos a su antigua propietaria y al oir su nombre levantaba las orejas.
Todas las mañanas entraba a mi estudio. Yo lo saludaba. Se sentaba a mis pies. Confieso que es difícil encontrar un mejor amigo que un perro.
Hola, Rocky, cómo amanecistes.
El me respondía con cariño, con una emoción inenarrable.
Ni un hermano supera el amor de un perro. Ni aquellos que sean verdaderos hermanos, que no siempre son biológicos, porque éstos son un accidente...nada más y a veces lo que dejan son profundas heridas difíciles de cicatrizar.
Rocky era más que una mascota. Lo queríamos de una manera excelsa.
El se daba sus escapadas porque por su carisma, que le sobraba, tenía muchas novias y tenía que visitarlas.
De esas escapadas regresaba, pero... una mañana... se fue. El veterinario nos había dicho que ya por su edad tenía un soplo en el corazón...
Hay quienes sostienen que se lo robaron...
Otros, que no fue así. Que los perros son intuitivos. Captan situaciones de todo tipo. Oyen a lo lejos. Perciben peligros, descifran misterios, y ellos tienen sus misterios.
Ciertas voces afirman que cuando se enferman prefieren irse para no darle molestias a sus dueños a quienes ama, y se van para morir.
¿Estaría Rocky en ese caso. Sospechaba que nosotros, mi esposa y yo también nos iríamos de Venezuela... y prefirió marcharse...?
Pero les dije que tenía novias. Pues bien, las mascota de la joven de aqui de Miami... es hijo de Rocky.

1 comentario:

  1. Me resulta mucho mas facil aceptar que Rocky haya escapado antes que haberlo visto morir, viejo y sin fuerzas como hemos visto morir otras de nuestras mascotas. Las mascotas, en especial cuando son tan fieles y particulares como lo fue Rocky, siempre son recordadas con mucho amor, alegria y sobre todo nostalgia.
    Gracias por escribir acerca de Rocky, Paito, muchas gracias!!

    ResponderBorrar

Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo