martes, 13 de febrero de 2018

Mensaje de Cuaresma

Con la cita bíblica, contenida en Mt, 24 12, si se quiere a manera de epígrafe, se inicia el Mensaje de Cuaresma que el santo Papa Francisco dirige a todos los católicos y con la esperanza que llegue a los que no lo son, a creyentes y no creyentes, como interpelación de las conciencias de los hombres y mujeres del conflictivo mundo actual plagado de guerras, injusticias, y de maltrato al hombre y a la Casa Común.
Dice el Evangelio: "Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría"
La Cuaresma, que se inicia mañana miércoles con la imposición de la cruz, en la Misa de Ceniza, tiene por finalidad hacer que en este tiempo el hombre vuelva al Señor con todo el corazón y con toda la vida.
Francisco quiere prevenirnos de los falsos profetas de los días que discurren. Son esos falsos profetas que quieren "apagar la caridad de los corazones, que es el centro de todo el Evangelio"
Están representados  con una figura: "son como encantadores de serpientes", que se aprovechan de las emociones humanas - de sus debilidades - para esclavizar al ser humano, con placeres momentáneos, que se confunden con la felicidad.
¿Qué felicidad puede haber en quienes se hacen adictos al dinero o al lucro o a intereses mezquinos?
El dominado por el dios dinero cree bastarse a sí mismo y cae en soledad; acude al falso remedio de la droga haciendo víctimas jóvenes; fascinación por una vida virtual que aísla y deja el contacto personal, que nada debería sustituir, no hay nada más hermoso que las relaciones personales; ganancias deshonestas obtenidas con facilidad; esos falsos profetas son charlatanes que "quitan lo más valioso como la dignidad, la libertad y la capacidad de amar"
El demonio presenta al mal como bien (Jn 8, 44). Lo que nos debe llevar a no ser superficiales y a saber discernir entre el bien y el mal.
El demonio tiene una morada del "hielo del amor extinguido". Es un trono de hielo sobre el que se sienta.
El demonio hace que el hombre caiga en la avidez por el dinero, que es causa de todos males sociales.
Lo lleva a rechazar a Dios en su vida. A la violencia en contra del niño por nacer, del anciano enfermo, del migrante, del prójimo que no responda a nuestras expectativas...
Solo Dios nos da el consuelo cuando aceptamos su Palabra Santa, a su Hijo amado y al Espíritu Santo.
La Cuaresma es "el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno"
La oración nos da el consuelo de Dios.
La limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: Nunca lo que tengo es sólo mío.
El ayuno nos hace sentir lo que siente el hombre con hambre.

Nota.
Es este trabajo, una síntesis, quizás no tanto, del Mensaje de Cuaresma de Francisco. Sigamos su contenido y que se haga práctica diaria más allá de este Tiempo, que es de Conversión personal y comunitaria.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo