Debemos compartir y dar nuestros dones, ser generosos, ser solidarios. Si algo se espera de esta crisis global, es que nazca la cultura de la solidaridad, en el mundo del trabajo y de los necesitados de pan, verdad, justicia y amor, que son los pobres, los desempleados - que aumentan de manera alarmante - , los ancianos. los niños abandonados y los discapacitados.
Benedicto XVI ha venido abordando el tema de la solidaridad y la participación responsable en el mundo del trabajo. Y siempre plantea la necesidad de sindicatos libres, autónomos de la política y de los partidos, adheridos a los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Sindicatos con esas características, son indispensables para la defensa de los intereses de los trabajadores y jubilados, y, en un mundo de interdependencia cada día mayor, que sean además internacionales, para más eficacia en la defensa de los derechos laborales.
La Iglesia Católica ha estado abordando, no desde ahora, la cuestión social. Encíclicas, como ¨Rerum novarum¨ de León XIII, y ¨Laborem exercens ¨y ¨Centesimus annus ¨, de Juan Pablo II, así lo comprueban. Y ponen de manifiesto el magisterio social de la Iglesia en defensa de la dignidad inalienable del trabajador, por encima del capital, y de sindicatos con las características prealudidas.
Los sindicalistas y los que hacen defensa de la causa de los trabajadores deben mostrar desinterés, generosidad y solidaridad, para construir juntos un mundo futuro, inmediato, de paz y de justicia.
Benedicto XVI ha venido abordando el tema de la solidaridad y la participación responsable en el mundo del trabajo. Y siempre plantea la necesidad de sindicatos libres, autónomos de la política y de los partidos, adheridos a los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Sindicatos con esas características, son indispensables para la defensa de los intereses de los trabajadores y jubilados, y, en un mundo de interdependencia cada día mayor, que sean además internacionales, para más eficacia en la defensa de los derechos laborales.
La Iglesia Católica ha estado abordando, no desde ahora, la cuestión social. Encíclicas, como ¨Rerum novarum¨ de León XIII, y ¨Laborem exercens ¨y ¨Centesimus annus ¨, de Juan Pablo II, así lo comprueban. Y ponen de manifiesto el magisterio social de la Iglesia en defensa de la dignidad inalienable del trabajador, por encima del capital, y de sindicatos con las características prealudidas.
Los sindicalistas y los que hacen defensa de la causa de los trabajadores deben mostrar desinterés, generosidad y solidaridad, para construir juntos un mundo futuro, inmediato, de paz y de justicia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo