jueves, 15 de enero de 2009

No a la exclusión y marginación social

Creo en Dios Todopoderoso. Creo en su poder que permanece eternamente. A su Espíritu Santo le pido que aumente mi fe y me permita cultivarla diariamente. Le solicito, que mi capacitación, que cada día va progresando, me permita mantener un corazón de carne, que no endurecido. Siempre dispuesto a dar frutos y a hacer el bien. Para todos solicito lo mismo: No tengan un corazón de piedra. Oigamos la voz de Dios. ¨Si escuchan su voz , no endurezcan el corazón ¨( Num 14, 21 ).
Dios se indigna en contra de un pueblo de corazón extraviado que no ha conocido sus caminos ( Heb 3, 7- 14 ).
Creo en Jesucristo hasta el fin. Cada día aumenta mi fuerza inicial. No quiero ser sordo a su voz. No lo sean ( Sal 94 ).
Tengo compasión por el sufrimiento de los demás. Tengamos todos compasión. Seamos todos solidarios y compatámos lo mucho, lo poco que tengamos. Seamos misericordiosos.
Jesús cuando curó al leproso, que confió en El y en su autoridad, rechazó la ley de la marginación social ( Mc 1 , 40-45 ). Fue, como Sumo Sacerdote, misericordioso, tuvo compasión, con quien sufría la marginación social.
El curado salió a pregonar lo que Jesús hizo por él. No pudo ocultar su agradecimiento.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por comentar.
Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo