jueves, 22 de enero de 2009

Jesucristo, Sumo Sacerdote

El Sacerdocio de Jesús proviene de Dios y no de las leyes humanas.
Jesús era inocente, sin manchas y, por supuesto, Hijo de Dios.
Como Sacerdote, él se sacrificó, una sóla vez, dando su vida por nosotros, pecadores.
La diferencia de su sacerdocio con el de los sacerdotes investidos por las leyes humanas , es que éstos, frágiles, débiles, pecadores, como todos nosotros, tienen que pedir perdón a Dios por sus pecados y el de los fieles que acuden a la Iglesia a la celebración diaria de la Eucaristía.
La pureza de Jesucristo le permitía sanar a quien tocara, hacer milagros y sacar espíritus inmundos.
Esos espíritus inmundos son la avaricia, la envidia, las bajas pasiones, que llegará el momento que serán vencidos por Jesucristo, Hijo de Dios. Ese día está próximo. Tengamos fe.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo