¨Venezuela ha vivido en las últimas décadas un proceso económico real y significativo, unido al desarrollo de un régmen democrático y de libertades enmarcadas en un Estado de Derecho. Sin embargo, actualmente se enfrenta a serias dificultades en los diversos ámbitos de la vida nacional, pues una grave crisis económica, que venía preparándose inexorablemente, está afectando duramente a las clases media y baja, aumentando de forma dramática la pobreza hasta hacerla desembocar en muchos casos en auténtica miseria.
En esta circunstancia quiero alentar a todos los venezolanos -y particularmente a vosotros que constituís este grupo tan significativo de la vida nacional - e infundir esperanza en la edificación de una sociedad nueva, basada en la cultura de la vida y de la solidaridad, en lo cual consiste, como he dicho en muchas ocasiones, la civilización del amor¨.
¨El necesario cambio que ha de ser ¨de mentalidad, de comportamientos y de estructura´, favorecerá una cultura de la solidaridad, que prevalezca sobre la voluntad de dominio o de una vida egoísta, así como una economía de participación en vez de un sistema de acumulación de bienes, que provoca un gran abismo no sólo entre los diferentes Estados, sino también entre los ciudadanos de un mismo país¨.
¨... lanzo mi llamado a los políticos para que, superando las diferencias partidistas y los intereses particulares, aúnen sus voluntades en búsqueda responsable y desinteresada del bien común, mirando de modo especial hacia las clases más necesitadas. En esta hora difícil, pero decisiva de la vida de la nación, exhorto a los políticos y cuantos ocupan puestos directivos a trabajar incansablemente por el verdadero bien del país ¨.
Juan Pablo II, que venía por segunda vez a Venezuela, pronunció un discurso ante los Constructores de la sociedad, compuesto, por políticos, artistas, empresarios, sector cultural, sindical e indígena del país.
Lo textualizado es parte de ese discurso de inicios del año 1.996. Era presidente, por segunda vez, Rafael Caldera, quien indultara a Hugo Chávez Frías, actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Fuente: Tribuna del 15 al 26 de febrero de 1.996.No. 409. Pidió renovar la mentalidad y cambiar la sociedad.
En esta circunstancia quiero alentar a todos los venezolanos -y particularmente a vosotros que constituís este grupo tan significativo de la vida nacional - e infundir esperanza en la edificación de una sociedad nueva, basada en la cultura de la vida y de la solidaridad, en lo cual consiste, como he dicho en muchas ocasiones, la civilización del amor¨.
¨El necesario cambio que ha de ser ¨de mentalidad, de comportamientos y de estructura´, favorecerá una cultura de la solidaridad, que prevalezca sobre la voluntad de dominio o de una vida egoísta, así como una economía de participación en vez de un sistema de acumulación de bienes, que provoca un gran abismo no sólo entre los diferentes Estados, sino también entre los ciudadanos de un mismo país¨.
¨... lanzo mi llamado a los políticos para que, superando las diferencias partidistas y los intereses particulares, aúnen sus voluntades en búsqueda responsable y desinteresada del bien común, mirando de modo especial hacia las clases más necesitadas. En esta hora difícil, pero decisiva de la vida de la nación, exhorto a los políticos y cuantos ocupan puestos directivos a trabajar incansablemente por el verdadero bien del país ¨.
Juan Pablo II, que venía por segunda vez a Venezuela, pronunció un discurso ante los Constructores de la sociedad, compuesto, por políticos, artistas, empresarios, sector cultural, sindical e indígena del país.
Lo textualizado es parte de ese discurso de inicios del año 1.996. Era presidente, por segunda vez, Rafael Caldera, quien indultara a Hugo Chávez Frías, actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Fuente: Tribuna del 15 al 26 de febrero de 1.996.No. 409. Pidió renovar la mentalidad y cambiar la sociedad.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo