Hace varios días enviamos unas notas para la sección Cartas, Perspectiva, de El Nuevo Herald.Me refería, en la colaboración enviada a ese Diario, que circula en Miami, a las lecciones de Manuel López Obrador, quien no se ha querido percatar que más del sesenta por ciento de los mexicanos votaron en su contra. Que fue derrotado.
Pienso que México necesita de una nueva elección. Ojalá y lo sostenido por Tomás Eloy Martínez, de que asuma la presidencia, de manera interina, alguien distinto a Calderón, y convoque a elecciones, con doble vuelta, agregaríamos nosotros, pudiera cristalizar, a pesar de lo difícil que resulta, porque le ahorraría a ese querido país, las consecuencias desastrozas de un conflicto de la naturaleza aludida. Ya México lo vivió a inicios del siglo pasado.
Pero México,necesita, urgentemente, que sus dirigentes no se olviden de las masas, que propicien condiciones para que la sociedad esté más cerca del Estado, para que la ciudadanía participe más en la solución de sus problemas, que sintetizados expresan pobreza, miseria y éxodo hacia EEUU; condiciones que satisfechas, le evitarían situaciones como las de hoy que le mantienen en tensión, en ascuas, y al borde de cualquier catástrofe.
Entrando en el hilo de lo que pretendo hilvanar en estas notas, me voy a referir a las lecciones o consecuencias de la conducta López Obrador.
Este líder izquierdista del PRD ha actuado a lo Juan Charrasqueado. Lo hizo en la campaña con su discurso divisionista. Y ahora lo hace ante la derrota.
Quiere ganar, así haya perdido, arrasando, planteando, incluso, un gobierno paralelo.
Denuncia, fraude.
Chávez, lo apoya. Ya lo había hecho durante la campaña. Ello no cayó bien en la sociedad mexicana.
Dónde está la enseñanza?
Que, en próximas elecciones que se produzcan en cualquier parte, por ejemplo las que se efectuaran en Nicaragua y en Venezuela, en noviembre y en diciembre, próximos, quien pierda alegará fraude.
Pasará lo mismo en Nicaragua? Pasará lo mismo en Venezuela?
Lo sano sería que en ambos países se garantizaran elecciones limpias y transparentes. Con mucha y heterogénea observación internacional.
Cierto es que en Venezuela, no hay confianza en el árbitro o CNE. Se tiene una imagen que se le asocia a la ilegalidad e irregularidad electoral.
Qué pasará? Viviremos la situación López Obrador?
Pienso que México necesita de una nueva elección. Ojalá y lo sostenido por Tomás Eloy Martínez, de que asuma la presidencia, de manera interina, alguien distinto a Calderón, y convoque a elecciones, con doble vuelta, agregaríamos nosotros, pudiera cristalizar, a pesar de lo difícil que resulta, porque le ahorraría a ese querido país, las consecuencias desastrozas de un conflicto de la naturaleza aludida. Ya México lo vivió a inicios del siglo pasado.
Pero México,necesita, urgentemente, que sus dirigentes no se olviden de las masas, que propicien condiciones para que la sociedad esté más cerca del Estado, para que la ciudadanía participe más en la solución de sus problemas, que sintetizados expresan pobreza, miseria y éxodo hacia EEUU; condiciones que satisfechas, le evitarían situaciones como las de hoy que le mantienen en tensión, en ascuas, y al borde de cualquier catástrofe.
Entrando en el hilo de lo que pretendo hilvanar en estas notas, me voy a referir a las lecciones o consecuencias de la conducta López Obrador.
Este líder izquierdista del PRD ha actuado a lo Juan Charrasqueado. Lo hizo en la campaña con su discurso divisionista. Y ahora lo hace ante la derrota.
Quiere ganar, así haya perdido, arrasando, planteando, incluso, un gobierno paralelo.
Denuncia, fraude.
Chávez, lo apoya. Ya lo había hecho durante la campaña. Ello no cayó bien en la sociedad mexicana.
Dónde está la enseñanza?
Que, en próximas elecciones que se produzcan en cualquier parte, por ejemplo las que se efectuaran en Nicaragua y en Venezuela, en noviembre y en diciembre, próximos, quien pierda alegará fraude.
Pasará lo mismo en Nicaragua? Pasará lo mismo en Venezuela?
Lo sano sería que en ambos países se garantizaran elecciones limpias y transparentes. Con mucha y heterogénea observación internacional.
Cierto es que en Venezuela, no hay confianza en el árbitro o CNE. Se tiene una imagen que se le asocia a la ilegalidad e irregularidad electoral.
Qué pasará? Viviremos la situación López Obrador?
Ya Daniel Ortega planteo lo mismo el 25 de feb de 1990, a pocas horas de conocer su derrota y ante la presion de los observadores internacionales, dijo que gobernaria desde abajo, y lleva 16 anos haciendolo asonada, tras asonada desde las instituciones, hizo pinata al perder lo que significo una gran deuda interna pasando un sinnumero de propiedades del estado a su partido...y seguimos en la lucha pacto la libertad del corrupto aleman por la siguiente eleccion cambio la constitucion y ahora puede ganar con 35% de los votos...POPULISTAS=DICTADORES DE IZQUIERDA...
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