domingo, 27 de julio de 2008

Después de la Homilía. Sabiduría, pido a Dios

La sabiduría es definida por la Real Academia Española como el grado más alto del conocimiento; como conducta prudente en la vida, también como conocimiento profundo en ciencias, artes o letras.
Apelando a la filosofía, sabiduría es la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos da un mayor entendimiento para saber discernir la verdad, lo bueno y lo malo.
Salomón, hijo de David, se aparta de lo que comunmente el hombre le pide a Dios ,riquezas, trabajo, casa, es decir, cosas materiales.
Salomón, ungido Rey, siendo un muchacho, pidió a Yahvé, que se le apareció en sueños, sabiduría para poder gobernar a su pueblo con rectitud y justicia.
Yahvé le dio un corazón sabio e inteligente, capaz de discernir el bien y el mal, y, le dio, además, gloria y riquezas. Salomón le construyó un Templo, que se constituyó en Escuela de Fe. Ya para tiempo de Salomón existían Escuelas Bíblicas. Estamos hablando 1000 años antes de Cristo.
La sabiduría es un don que debemos impetrarle a Dios para saber interpretar su Palabra, sus preceptos y su Voluntad, que son perlas preciosas que, Jesús, con su método pedagógico, las parábolas, nos enseña; pero que debemos buscarlas, encontrarlas, para hallar el Reino de Dios que es un tesoro.
Agustin de Hipona dijo que soberana es la Palabra de Dios, que tarde la encontré.
Yo digo, con fe, nunca es tarde para atender el llamado de Dios. Hay que atenderlo sin mirar para atrás y sin buscar excusa alguna para hacerlo.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo