Cipriano Castro y la planta insolente del extranjero

Cipriano Castro naciò el 12 de octubre de 1858 y muriò en Santurce, Puerto Rico, el 5 de diciembre de 1924.

Fue en La Ovejera de Capacho, en el municipio Libertad, Estado Tàchira, donde se produjera ese hecho, ese nacimiento, de, quien llegara a ser Presidente de Venezuela.

Por cierto, fue en 1878, con La Petròlea, en el Tàchira donde se iniciò la explotaciòn petrolera.

De 1858 què podemos decir ?

Que el 21 de diciembre naciò Stalin, quien con mano de acero y voluntad fèrrea, llegara a gobernar dictatorialmente a la URSS, hoy extinta y fracasado el llamado socialismo real.

En ese mismo año, nace Lisandro Alvarado, historiador y polìgrafo venezolano.

Otro hecho que destaco: el estallido de la Guerra Federal con Falcòn y Ezequiel Zamora; este ùltimo, icono de la Venezuela del presente que se define socialista, bolivariana, revolucionaria, zamorana, humanista, cristiana, antiimperialista, nacionalista... y lo que es: militarista. Nunca habìase dado un gobierno tan militar como el actual.

Y de 1878 què podemos resaltar?

Que el 19 de febrero, Thomas Edinson, patenta el fonògrafo, aparato capaz de grabar y reproducir el sonido. Y que el 20 de febrero, Leòn XIII, es nombrado Papa, y quien serìa el autor de la Encìclica Rerum Novarum, que venìa a deplorar la opresiòn de los pobres por parte de un puñado de gente muy rica y que venìa a preconizar salarios justos para los trabajadores.

San Cristòbal era y es la capital del Estado Tàchira. Llamada la Ciudad de la Cordialidad.

Tanto Los Andes como el Zulia, especìficamente Maracaibo, miraban màs hacia Colombia que hacia Venezuela, porque era màs fàcil la comunicaciòn con el primero de los paìses mencionados.

Castro estudiò en Pamplona, Colombia, como lo hacìan muchos venezolanos de esta regiòn andina y occidental.

Cipriano Castro fracasò en sus estudios en esa ciudad.

Era lector de escritores colombianos. De ellos le sobrevino su anticlericalismo.

Era estudioso, mùsico, bailarin, guerrero, militar y polìtico de garra.

Llegò a ser Presidente o gobernador del Tàchira. Lo protegìa Raymundo Andueza Palacios, presidente de Venezuela.

Tambièn fue diputado al Congreso de la Repùblica.

Se afirma, que, llegò a ser un lìder de mucho prestigio en el Tàchira.

Ya para entonces, el enfrentamiento donde perdiera la vida un tal Evaristo Jaimes, tenìa sus años, y este incidente sirviò para que Juan Vicente Gòmez iniciara su relaciòn amistosa con Don Cipriano, siempre siendo un segundòn, paciente y calculador.

Para no extenderme. Cipriano Castro encabezò la llama Revoluciòn Restauradora Liberal que le permitiò llegar a Caracas y tomar el poder. Iniciàndose lo de Los Andinos en el Poder, que durò desde 1899 hasta bien entrado el siglo XX venezolano.

Llegò por un golpe de Estado al poder, a la presidencia de la Repùblica con la consigna: Nuevos hombres. Nuevos Ideales. Nuevos Procedimientos.

Se hizo dictador.

Incurriò en todo tipo de excesos. Lo bautizaron con el sobrenombre de El cabito.

Atropellò, humillò, a todos los sectores de la vida nacional, entre ellos, a los empresarios...

Antes de continuar, con estas notas, quiero referirme a lo siguiente: En Venezuela los lìderes no se hacen, no se forman, y se cree que nacen. Es un craso error.

Ademàs, los venezolanos, entre ellos, sus gobernantes, se creen Bolìvar, o libertadores.

Cipriano Castro no escapò de lo antes expuesto.

Leìa con desorden. Todo era en exceso. Todo era improvisaciòn.

Los gobernantes venezolanos, salvo honrosas excepciones, no atinan a ver realidades. No actùan conforme a èstas. No ejercen el difìcil arte de gobernar, no dialogan, no negocian, en el buen sentido polìtico de la palabra, se creen que saben de todo.

Cipriano Castro no escapò a lo antes expuesto.

Resultado.

La reacciòn de las potencias econòmicas de la època que, ante el incumplimiento de acuerdos o contratos, bloquearon a Venezuela, un pequeño paìs, que tanto ayer, como hoy, bien gobernado, atendiendo realidades, pudiera ser una pequeña gran potencia en lo econòmico, en lo social, etc.

Cuando Castro se ve en aprietos, el resultado de sus excesos, apela al estìmulo del nacionalismo entre los venezolanos. Y es cuando acuña aquella frase, no de su autorìa:

¨La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria ¨.

Tiene razòn Consalvi, cuando afirma, quizas para no ver como inocentes a esas potencias, que ¨...una raizal conciencia mestiza contra aquella intervenciòn vertida de racismo y predicaciòn protestante en que parecìan coincidir el emperador de Alemania, Teodoro Roosevelt y nuestros viejos amigos los ingleses¨, operarìa contra Castro al defender los intereses de Venezuela.
Castro terminò yendose a Berlin a curarse de una enfermedad producto de sus excesos.
Dejò a su compadre en el poder. Al Primer Vicepresidente, Juan Vicente Gòmez, y este diò un golpe de Estado, instaurando una dictadura que durò 27 años.
Los restos mortales de Cipriano Castro reposan en el Panteòn Nacional desde el 14 de febrero de 2003. En ese acto de traslado al Panteòn estuvo presente Hugo Chàvez, Presidente de la Venezuela del presente que luce delicada.