Recuerdo, cuando una de las noches de la semana que duró el evento, una colega nos invitó a una cena en una tasca restaurant típica y asistimos, después de un fuerte aguacero que cayó sobre la ciudad.
Gustosa comida y excelente velada musical.
En esos días pude constatar que, con sobrada y justificada razón, Barquisimeto es considerada la capital musical de Venezuela.
Brevemente le digo al lector, que tenga la molestia de ver estas notas, que Barquisimeto es capital del estado Lara, y es denominada la ciudad de los crepúsculos por sus bellos atardeceres. Es quizas, la ciudad más organizada del país.
Gustavo Dudamel vino al mundo, un 26 de enero de 1981.
Hijo de músico, de música popular, siempre asistía a las presentaciones de su padre, y aprovechaba, siendo muy niño, para tocar maracas, cencerros, timbales, exhibiendo sus dotes desde temprano que llevaron a su padre a inscribirlo en el conservatorio.
Siendo, Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez, de clase media, de escasos recursos económicos, supo aprovechar la oportunidad que le diera el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
El es producto de ese Sistema, que es la obra más trascendental que tiene nuestra patria: una verdadera revolución musical.
A esta altura de la exposición debo referirme a lo del producto y al fundador del Sistema, que se ha extendido más allá de nuestras fronteras.
Démos el honor de referirnos, en primer lugar, al fundador, el Maestro José Antonio Abreu.
El és, repito, el fundador del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
Abreu anda cerca de los 70 años de edad. Es el alma, nervio y motor de ese proyecto que, educa, musicalmente hablando, a más de 240.000 niños que provienen de las poblaciones más vulnerables de toda la geografía nacional. Porque el sistema está extendido por todo el territorio venezolano.
Abreu es respetado universalmente. Y es una diminuta figura, devoto, para más señas, católico, y el genio de la obra; obra de inclusión social y de integración comunitaria, el más firme y exitoso combate a la Pobreza Crítica.
Y lo del producto ?
Han salido genios. Y Venezuela es una cantera, sin explotar a cabalidad, de éstos.
Uno, de ellos, es, Gustavo Dudamel, quien, con su dedicación, esfuerzo, trabajo disciplinado de numerosas horas al día, de estudios, se ha convertido en lo que hoy es: Un joven maestro musical exitoso.
Es con trabajo organizado, disciplinado, con sacrificio y mucha dedicación como se sale avante. Nadie puede progresar de otra manera. Ningún pueblo tampoco. Las crisis se vencen de esa manera.
No voy a enumerar los premios y reconocimientos que han recibido, tanto el Sistema como Dudamel.
Dudamel recién acaba de ser contratado Director de la Fiarmónica de Los Angeles y dirigió, en honor a Benedicto XVI, por sus 80 años de edad, la Orquesta Sinfónica de Radio de Stuttgard, en El Vaticano.
El Santo Papa dijo emocionado: La música es ¨mi compañera de viaje ¨.
Venezuela pudiera ser una Gran Orquesta, con la inclusión de todos, para paz, consuelo y alegría de quienes vivimos en ella. Andará en esa ruta ?
Gustosa comida y excelente velada musical.
En esos días pude constatar que, con sobrada y justificada razón, Barquisimeto es considerada la capital musical de Venezuela.
Brevemente le digo al lector, que tenga la molestia de ver estas notas, que Barquisimeto es capital del estado Lara, y es denominada la ciudad de los crepúsculos por sus bellos atardeceres. Es quizas, la ciudad más organizada del país.
Gustavo Dudamel vino al mundo, un 26 de enero de 1981.
Hijo de músico, de música popular, siempre asistía a las presentaciones de su padre, y aprovechaba, siendo muy niño, para tocar maracas, cencerros, timbales, exhibiendo sus dotes desde temprano que llevaron a su padre a inscribirlo en el conservatorio.
Siendo, Gustavo Adolfo Dudamel Ramírez, de clase media, de escasos recursos económicos, supo aprovechar la oportunidad que le diera el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
El es producto de ese Sistema, que es la obra más trascendental que tiene nuestra patria: una verdadera revolución musical.
A esta altura de la exposición debo referirme a lo del producto y al fundador del Sistema, que se ha extendido más allá de nuestras fronteras.
Démos el honor de referirnos, en primer lugar, al fundador, el Maestro José Antonio Abreu.
El és, repito, el fundador del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
Abreu anda cerca de los 70 años de edad. Es el alma, nervio y motor de ese proyecto que, educa, musicalmente hablando, a más de 240.000 niños que provienen de las poblaciones más vulnerables de toda la geografía nacional. Porque el sistema está extendido por todo el territorio venezolano.
Abreu es respetado universalmente. Y es una diminuta figura, devoto, para más señas, católico, y el genio de la obra; obra de inclusión social y de integración comunitaria, el más firme y exitoso combate a la Pobreza Crítica.
Y lo del producto ?
Han salido genios. Y Venezuela es una cantera, sin explotar a cabalidad, de éstos.
Uno, de ellos, es, Gustavo Dudamel, quien, con su dedicación, esfuerzo, trabajo disciplinado de numerosas horas al día, de estudios, se ha convertido en lo que hoy es: Un joven maestro musical exitoso.
Es con trabajo organizado, disciplinado, con sacrificio y mucha dedicación como se sale avante. Nadie puede progresar de otra manera. Ningún pueblo tampoco. Las crisis se vencen de esa manera.
No voy a enumerar los premios y reconocimientos que han recibido, tanto el Sistema como Dudamel.
Dudamel recién acaba de ser contratado Director de la Fiarmónica de Los Angeles y dirigió, en honor a Benedicto XVI, por sus 80 años de edad, la Orquesta Sinfónica de Radio de Stuttgard, en El Vaticano.
El Santo Papa dijo emocionado: La música es ¨mi compañera de viaje ¨.
Venezuela pudiera ser una Gran Orquesta, con la inclusión de todos, para paz, consuelo y alegría de quienes vivimos en ella. Andará en esa ruta ?
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo