Un educador, muy allegado a mi, que goza de mi amistad, me acaba de informar que el gobierno que preside Chávez ha decretado este año, 2007, el año urdatiano.
Confiando en su palabra, le dije que, si a mi me tocara hablar del General Rafael Urdaneta, antes de ponerme a repetir que si nació o no en Maracaibo, sólo dejaría sentado, bien sentado, sus valores y la actualidad o vigencia de estos para días tan oscuros que vive la república.
Rafael Urdaneta, es un ilustre zuliano, venezolano, último Presidente de la Gran Colombia, la máxima obra de Simón Bolívar, nuestro Libertador.
Cuáles son esos valores ? Cómo los expondría?
Esos valores son:
La probidad y la lealtad.
Cómo los expondría ?
En estos días, quienes le sirven a Venezuela, me refiero a alcaldes, gobernadores y presidentes, pasando por diputados y concejales, deberían hacerlo con probidad. No quisiera generalizar, porque podría caer en injusticia y no es esa mi intención - caramba, pero encontrar probidad, en los funcionarios públicos, incluidos los jueces, es como tratar de conseguir una aguja en un pajar -, mi intención es destacar la importancia de ese valor urdatiano.
Uno de sus hijos, creo que fue Luciano, cuando en 1845 se dirigía al Presidente Carlos Soublette, le dijo, por escrito, que su padre, héroe de la independencia, lo único que había dejado eran una viuda y trece hijos en la mayor de la pobreza e indigencia.
Pregunto, cuántos de los funcionarios, servidores públicos podrían llegar a decir eso ? o mejor dicho, ningún descendiente suyo podría hacer lo que hizo el hijo de Urdaneta, sin falsear la realidad.
Esa falta de probidad hace que los presupuestos públicos no cumplan a cabalidad con su cometido. Así, por ejemplo, una obra, digamos una carretera, si se planifica con 20 centímetros de espesor, termina con uno o dos, obviamente mal construida...y los desastres no se hacen esperar; y que decir de un hospital o de un colegio...y paro de contar. La felicidad colectiva no se puede alcanzar, porque se roban los dineros. Y que conste que no es sólo en este gobierno donde se ha dado esta situación, que empobrece al venezolano. Quizas a Chávez se le critica que, siendo, supuestamente revolucionario, es donde más se ha incrementado la corrupción. Y que conste que es en todos los niveles. Conozco casos de gobernadores y alcaldes que hoy son unos potentados, supermillonarios, y ayer no tenían donde caerse muertos.
A Chávez lo incluyo en falta de probidad porque ha permitido, o se ha hecho de la vista gorda ante esos casos, incluso de colaboradores suyos más cercanos, y supuestamente de familiares muy allegados, suyos.
Urdaneta fue probo, tanto como servidor público como privado. Y hablando del sector privado, dónde queda la probidad cuando se roban lo que les pertenece a otros, por ejemplo, accionistas en contra de otros ?
La lealtad.
Rafael Urdaneta es considerado uno de los más leales a Bolívar.
Simón Bolívar confió en él, no sólo por su honradez, sino en la confianza que le despertaba.
Así tenemos un testimonio que habla en ese sentido.
Cuál es ?
La orden que le impartiera para defender a Valencia.
Defenderéis a Valencia hasta morir, porque si se pierde Valencia se pierde la República.
Hoy no hay en quien confiar. No quiero generalizar; pero es difícil hallar personas en quien confiar. No sólo en cuanto a confiarles secretos, sino en la atinente a la falta de responsabilidad. Se elude ésta. No se es eficaz, sino que sólo se piensa en ver cómo se roba...
Y los dineros se escapan y caen en manos de sectores no solo nacionales; también, y en mayor proporción, en manos internacionales. Reina la improbidad y la falta de lealtad.
No puedo terminar sin referirme a dos cosas que se desprenden de la vida de Urdaneta: Fue un buen esposo y un buen padre de familia; y siendo militar, excelente estratega, llevó posteriormente una vida civilista, incluso cuando le tocó, posterior a la gesta independentista, servirle a la república.
Hoy pareciera que ser un buen esposo, un excelente padre de familia, y ser civilista, no constituyeran valores. Y créanme que son tanto, o más importantes, que los señalados en primer término en estas notas.
Y finalizo diciendo que la verdad pareciera reñida con la política.
Urdaneta profesó la verdad. Unió política con la verdad, o debo hablar mejor, creyó que son una sóla cosa.
El presidente Chávez acaba de mentir. Ayer rechazó el etanol, cuando el país viene tratando de producirlo, y ahora, ante la mirada o caras de presidentes que no encontaban a qué atenerse, entre ellos Lula de Brasil, le solicita a éste el envío de etanol. Cómo podemos enseñar a los jóvenes el valor de la verdad, si el presidente miente?
Confiando en su palabra, le dije que, si a mi me tocara hablar del General Rafael Urdaneta, antes de ponerme a repetir que si nació o no en Maracaibo, sólo dejaría sentado, bien sentado, sus valores y la actualidad o vigencia de estos para días tan oscuros que vive la república.
Rafael Urdaneta, es un ilustre zuliano, venezolano, último Presidente de la Gran Colombia, la máxima obra de Simón Bolívar, nuestro Libertador.
Cuáles son esos valores ? Cómo los expondría?
Esos valores son:
La probidad y la lealtad.
Cómo los expondría ?
En estos días, quienes le sirven a Venezuela, me refiero a alcaldes, gobernadores y presidentes, pasando por diputados y concejales, deberían hacerlo con probidad. No quisiera generalizar, porque podría caer en injusticia y no es esa mi intención - caramba, pero encontrar probidad, en los funcionarios públicos, incluidos los jueces, es como tratar de conseguir una aguja en un pajar -, mi intención es destacar la importancia de ese valor urdatiano.
Uno de sus hijos, creo que fue Luciano, cuando en 1845 se dirigía al Presidente Carlos Soublette, le dijo, por escrito, que su padre, héroe de la independencia, lo único que había dejado eran una viuda y trece hijos en la mayor de la pobreza e indigencia.
Pregunto, cuántos de los funcionarios, servidores públicos podrían llegar a decir eso ? o mejor dicho, ningún descendiente suyo podría hacer lo que hizo el hijo de Urdaneta, sin falsear la realidad.
Esa falta de probidad hace que los presupuestos públicos no cumplan a cabalidad con su cometido. Así, por ejemplo, una obra, digamos una carretera, si se planifica con 20 centímetros de espesor, termina con uno o dos, obviamente mal construida...y los desastres no se hacen esperar; y que decir de un hospital o de un colegio...y paro de contar. La felicidad colectiva no se puede alcanzar, porque se roban los dineros. Y que conste que no es sólo en este gobierno donde se ha dado esta situación, que empobrece al venezolano. Quizas a Chávez se le critica que, siendo, supuestamente revolucionario, es donde más se ha incrementado la corrupción. Y que conste que es en todos los niveles. Conozco casos de gobernadores y alcaldes que hoy son unos potentados, supermillonarios, y ayer no tenían donde caerse muertos.
A Chávez lo incluyo en falta de probidad porque ha permitido, o se ha hecho de la vista gorda ante esos casos, incluso de colaboradores suyos más cercanos, y supuestamente de familiares muy allegados, suyos.
Urdaneta fue probo, tanto como servidor público como privado. Y hablando del sector privado, dónde queda la probidad cuando se roban lo que les pertenece a otros, por ejemplo, accionistas en contra de otros ?
La lealtad.
Rafael Urdaneta es considerado uno de los más leales a Bolívar.
Simón Bolívar confió en él, no sólo por su honradez, sino en la confianza que le despertaba.
Así tenemos un testimonio que habla en ese sentido.
Cuál es ?
La orden que le impartiera para defender a Valencia.
Defenderéis a Valencia hasta morir, porque si se pierde Valencia se pierde la República.
Hoy no hay en quien confiar. No quiero generalizar; pero es difícil hallar personas en quien confiar. No sólo en cuanto a confiarles secretos, sino en la atinente a la falta de responsabilidad. Se elude ésta. No se es eficaz, sino que sólo se piensa en ver cómo se roba...
Y los dineros se escapan y caen en manos de sectores no solo nacionales; también, y en mayor proporción, en manos internacionales. Reina la improbidad y la falta de lealtad.
No puedo terminar sin referirme a dos cosas que se desprenden de la vida de Urdaneta: Fue un buen esposo y un buen padre de familia; y siendo militar, excelente estratega, llevó posteriormente una vida civilista, incluso cuando le tocó, posterior a la gesta independentista, servirle a la república.
Hoy pareciera que ser un buen esposo, un excelente padre de familia, y ser civilista, no constituyeran valores. Y créanme que son tanto, o más importantes, que los señalados en primer término en estas notas.
Y finalizo diciendo que la verdad pareciera reñida con la política.
Urdaneta profesó la verdad. Unió política con la verdad, o debo hablar mejor, creyó que son una sóla cosa.
El presidente Chávez acaba de mentir. Ayer rechazó el etanol, cuando el país viene tratando de producirlo, y ahora, ante la mirada o caras de presidentes que no encontaban a qué atenerse, entre ellos Lula de Brasil, le solicita a éste el envío de etanol. Cómo podemos enseñar a los jóvenes el valor de la verdad, si el presidente miente?
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo