Lllega del colegio.
El niño le dice a su madre:
¨Tengo hambre.Me estoy muriendo de hambre. No pude concentrarme en clase.¨
- Qué hago Dios mio.
Se preguntó la angustiada madre.
La escena es diaria en Cuba.
Insiste el niño.
- No aguanto. Dame comida.
- No hay que comer. La tarjeta de racionamiento no me la han dado.
- Déjame ver qué comemos.
En eso ve en el techo de la vieja casa a un lorito. Y se le ocurre matarlo.
- Ya tengo la solución. Miró al simpático animal.
A mi no, a mi no, ... gritó el loro.
- Lo haces frito.
- No tengo aceite.
- Si no en arroz...
- No hay arroz ni sal...
- Qué te parece a la parrilla ?
- No hay carbones.
Entonces, el lorito gritó:
Viva Fidel.
El niño le dice a su madre:
¨Tengo hambre.Me estoy muriendo de hambre. No pude concentrarme en clase.¨
- Qué hago Dios mio.
Se preguntó la angustiada madre.
La escena es diaria en Cuba.
Insiste el niño.
- No aguanto. Dame comida.
- No hay que comer. La tarjeta de racionamiento no me la han dado.
- Déjame ver qué comemos.
En eso ve en el techo de la vieja casa a un lorito. Y se le ocurre matarlo.
- Ya tengo la solución. Miró al simpático animal.
A mi no, a mi no, ... gritó el loro.
- Lo haces frito.
- No tengo aceite.
- Si no en arroz...
- No hay arroz ni sal...
- Qué te parece a la parrilla ?
- No hay carbones.
Entonces, el lorito gritó:
Viva Fidel.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo