sábado, 16 de abril de 2005

Me lo contó un amigo

El amigo: un inmigrante en los Estados Unidos.
Me dijo: me siento mal.
¿ qué te pasa? le pregunté.
En este país uno no es nadie, y siempre caigo en el error de hablar del pasado, lo que fuí.
En estos dias fui donde el abogado, gestionando residencia en Miami, y conversando con su secretaria, le expresaba que en Venezuela tuve empresa y profesión, y Chávez me j...
La secretaria le expresó: Mire yo soy cubana, voy rumbo a los 70 años de edad. Viví 15 en España cuando salí de la Isla. A mi padre, español que hizo riqueza , Fidel se la confiscó, sin embargo, él, no se infartó. Tenía 60 años. Duró 86 años. Nunca se enfermó.
El amigo la escuchó con detenimiento. Élla continuó hablando.
Yo hablo muy poco English. Me defiendo. Llevo aqui 10 años. ¿ Usted es creyente? Si.
Pues bien, le doy un consejo: acepte cualquier trabajo que se le presente, no importa que sea humilde y ofrézcaselo a Dios
Indudablemente le estaba enseñando que la realidad es dura. Que élla ha sufrido mucho. Que atrás quedó el pasado, el orgullo y que hay que ser sencillo y humilde.
Mi amigo me dijo. Tuve la suerte de tener en mis manos un libro de Juan Pablo II, llamado Levantaos Vamos, que me hizo recordar el consejo dado por Marcela.
He conseguido un trabajito, y he recordado lo de ofrendarselo a Dios. Así lo he hecho. Tratar bien a todos, con cariño, amabilidad y compasión. Actuar con sencillez. Escuchar lo más que pueda. Y con alegría asumir la responsabilidad que me va a permitir estar en contacto con mucha gente.
Terminó diciendo: voy dispuesto a servir y a dar lo mejor de mi.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo