miércoles, 20 de abril de 2005

Levantaos, vamos

Sin miedo. Porque con fe en Cristo, aunque vea todo derrumbarse, aún dentro de mi, Él seguirá siendo nuestro apoyo indefectible. Fortaleza en la fe. Creer en el Espíritu Santo porque en toda situación, por muy difícil que sea , Él nos iluminará, nos fortalecerá, nos instruirá, como dice Juan Pablo II. Yo quiero encomendarle a Él mi camino. Que sea Él quien actúe y lleve a término lo que he comenzado.
Que con mi palabra oriente, fije posición. Que mi trabajo, por humilde que sea, lo santifique, y servir dando lo mejor de mi.
Que sirva bien a todos haciéndolo con amabilidad, alegría y compasión. Capaz de escuchar antes que hablar. Que deje algo positivo al hablar. Ser bondadoso y generoso.
Hoy recuerdo a una señora, que ha sufrido mucho, que llegó en balsa de Cuba a Miami, cuando me dijo que élla es muy espiritual y las cosas materiales le importan poco. Que para élla lo más importante es una sonrisa, un cariño y buen trato.
La bondad y la generosidad con todos pero principalmente con los más necesitados: los pobres, los niños, los ancianos, los enfermos, los que sufren...La caridad que sea alimentada por la oración. Llenar diariamente al planeta de oraciones.
Que la castidad, la práctica de la pobreza, el espíritu de oración, la sencillez y la finura de conciencia orienten la vida del cristiano. No hay que callar ante los enemigos de la causa porque los envalentona.
Ante el tener y el ser, que éste, el ser no sea derrotado por el tener ¨porque entonces el hombre puede perder lo más precioso: su humanidad, su conciencia, su dignidad¨, como afirma Juan Pablo II.
Son apuntes de una obra, Levantaos, Vamos, escrita por el Papa Juan Pablo II, que si bien es cierto va dirigida a cardenales, obispos, monjas, sacerdotes y laicos católicos, el mensaje va más allá. Para toda la humanidad que debería orientar sus pasos por estas palabras que, en síntesis, buscan fortalecer el amor entre los hombres y mujeres que habitan este sufrido planeta de hoy. Por cierto, en este libro Juan Pablo II al referirse a Joseph Ratzinger, dice de él, que es de excepcional preparación teológica, que estuvo presente en el cónclave que le confió el ministerio petrino y que es un amigo de confianza. Este libro fue escrito en mayo, 2004, y pudiera pensarse que Juan Pablo II fue profético, al casi señalar al Papa que le sucedería, con el nombre de Benedicto XVI.

1 comentario:

  1. Estoy muy de acuerdo con lo de la humildad y no debemos confundirla con Humillacion, por que la segunda solo debe ser ante el Ser Supremo, Yavhe Jire, Yavhe Sabaot, el dueno del Oro y la Plata, por eso San Pedro escribio: humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios y el os exaltara cuando fuere tiempo echando sobre el todas nuestras ansiedades por que el tiene cuidado de nosotros. 1ra de Pedro 5:6.
    Y recuerdo cuando los Sandinistas quisieron humillar, atemorizar a Su Santidad y le digo asi por que era un hombre santo no por Religion, Juan Pablo II, y el con el Caracter y la Dignidad grito a las madres que estaban en la plaza de la Rev que hoy se llama Juan Pablo II : "Yo tambien quiero la Paz" y se levanto y soporto el circo y no lo hicieron callar el nos llevo la palabra de esperanza y Fe que hizo que Nicaragua luchara desde donde se pudo para salir de la noche oscura que los que vivimos en Nic la decada de los ochenta tuvimos que soportar. Nos pueden quitar todo, nos pueden dejar desnudos pero nunca permitas que te quiten tu valor y tu dignidad, por que si pierdes eso no ere nadie. Un abrazo Guisell Loaisiga.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo