martes, 16 de febrero de 2010

Vivan los estudiantes

Hay estudiantes honestos y deshonestos en ambas filas. Me estoy refiriendo, al hablar de filas, a opositores, a chavistas y a quienes están en la difícil posición de apoyar lo positivo y de criticar lo negativo de dónde provengan. A lo mejor, en la Venezuela de Juan Vicente Gómez, esta distinción no se planteaba. De allí que, los estudiantes eran luchadores, sin intereses partidistas, ni ideológicos, ni mucho menos personales o económicos. Luchaban por la libertad y por el civismo en Venezuela. Raúl Leoni, presidía la Federación de Estudiantes FEV, y entre otros líderes, estaban, Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Prince Lara, Pío Tamayo, Joaquín Gabaldón Márquez... Purgaron cárceles infamantes pero se ganaron al pueblo. Eran idealistas, puros, y, lejos de ellos estaba la idea de la codicia y la ambición por el poder. Querían una Patria donde la participación y las decisiones en los asuntos públicos no dependiera de un sólo hombre. Ellos admiraban figuras como las de José Gil Fortoul, Eloy G. González, Gumersindo Torrez, que eran ministros del dictador, y así, en más de una ocasión, lo declararon. Y es que, Gómez, supo rodearse de buenos colaboradores, que no eran genuflexos ni aplaudidores y le servían al país de manera eficiente y honesta. Pero, en esa Venezuela, ver a un Jóvito o a un Rómulo peleando con una tijera por el medio pasaje estudiantil, o asesinando a un estudiante por pingües negocios, era imposible. Raúl Leoni, Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt, Prince Lara, fueron unos jóvenes que el 14 de febrero de 1928 - durante la Semana del Estudiante - iniciaron el cambio revolucionario de dictadura a ciudadanía. Donde ésta, pudiera expresar sus ideas, votar, tener sindicatos, partidos políticos, en pocas palabras, libertad y democracia. No voy a desconocer que, la mayoría de los estudiantes de hoy, es honesta, que proviene de los sectores populares y que lucha por una mejor Venezuela, y no me sumo a esos que califican a los estudiantes "manitas blancas", porque hacerlo hubiera sido en su época la descalificación de Simón Bolívar que era hijo de la familia más acaudalada de entonces. Bolívar era un oligarca y puso toda su riqueza al servicio de la libertad. Vivan los estudiantes honestos, idealistas, de valores y que constituyen la esperanza de todos los que amamos a este país que sufre. Les apoyo con todas mis fuerzas.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo