domingo, 7 de febrero de 2010

El arte difícil de gobernar

“Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco” (Mc 6, 30 – 34).
¿Qué es arte? ¿Qué es gobernar?
Arte es virtud, disposición y habilidad para hacer algo, o, también, es el conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo (RAE).
Gobernar es dirigir un país o una colectividad política. Atiende al comportamiento y podría sostener que se refiere al autogobernarse.
Ese comportamiento es buen hablar, tener decoro, dignidad, sencillez y elegancia. Es válido para todos los gobernantes, llámense presidentes, gobernadores, alcaldes, magistrados, etc.
El gobernar lo asocio con la Política, que es el arte de lo posible. La realidad indica qué es lo posible. Y conceptúo la Política como la manera más cristiana de servirle al prójimo.
Nadie puede poner en duda que gobernar siempre ha sido difícil. Esto lo comprendió el joven Salomón cuando sucedió a su padre el rey David, que se portó con Dios con lealtad y rectitud de corazón.
Ese joven rey le pide al Señor sabiduría. Sabía que con sabiduría de corazón, podía gobernar al pueblo y podía discernir entre el bien y el mal.
El gobernar, debe llevar a quien lo haga, a amar por sobre todas las cosas a Dios y con ese mismo amor, amar al prójimo, o ser de buena voluntad o de buen corazón.
El gobernante debe ser un servidor de su pueblo. Debe respetar la libertad. Ceñirse a la constitución y a las leyes.
El gobernante debe planificar, ejecutar y evaluar. Debe tener tiempo para el descanso y por qué no, para que tome vacaciones. Yo propondría a quien vaya ser diputado a la Asamblea Nacional que plantee la ley de vacaciones presidenciales y de otros gobernantes. También le sugeriría a un candidato a diputado que proponga la eliminación de las cadenas presidenciales, regionales y locales para que se produzca ese merecido descanso.
El gobernante debe a diario orar, reflexionar, y evaluar dónde acierta y dónde falla, para corregir.
El gobernante debe rodearse de colaboradores honestos, capaces, eficientes, valientes, que amen al país y estén dispuestos a servirle. No es al presidente a quien le sirven, es al país.
El gobernante debe tener compasión para con su pueblo. Ser solidario con él. Entender que solidaridad es paz.
El gobernante debe estar presto para ESCUCHAR.
Salomón pidió sabiduría y no riquezas.
Gobernantes han entendido la importancia de estas recomendaciones. Se dedicaron a gerenciar eficazmente para el logro del bien común.
Felipe González siguió esa línea de acción. El afirma que el socialismo es un sentimiento y una visión noble, pero el Gobierno no es otra cosa que la gerencia y la administración eficiente para asegurar y garantizar, la solución práctica de los problemas y las necesidades de la gente.
Otro gobernante, de formación distinta a González, pero también exitoso como el líder socialista español, el chileno Patricio Alwyn, por su parte, sostuvo, recientemente: “Una política democrática supone competencia entre distintas posiciones, pero todo gobierno tiene que buscar el bien común y el logro del bien común es más fácil si hay acuerdos”.
Y es que la política democrática, que es arte de lo posible, se funda en el diálogo permanente, donde, aceptando las diferencias, encuentra su fortaleza.
Los gobernantes, todos los hombres y mujeres, la entera sociedad mundial, debe tener un pequeño espacio diario para lograr un buen corazón y ser más humanos.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo