viernes, 20 de julio de 2007

La Palabra. La Familia es lo prioritario

Secularizar, según la RAE, es hacer secular lo que era eclesiástico. Secular proviene del latín secularis asociado al adjetivo seglar, que es ¨perteneciente o relativo a la vida, estado o costumbre del siglo o mundo¨, que¨no tiene órdenes clericales¨.
Laico viene del latín laicus, y significa no tener ¨ordenes clericales ¨, es decir, que no pertenece, es independiente de cualquier organización o confesión religiosa¨.
Son dos términos: secularización, que es efecto de hacer secular lo religioso, si se quiere un rompimiento con Dios y lo sagrado; y laico. Términos importantes para el desarrollo de La Palabra en esta ocasión.
La Familia es el tema de La Palabra. Me sirve de guía, para su exposición, Benedicto XVI y sus palabras para los prelados de la Conferencia Episcopal Dominicana.
Dice el Santo Padre:
¨El objetivo primordial de vuestro ministerio pastoral ha de ser que la verdad sobre Cristo y la verdad sobre el hombre penetren más profundamente en los diversos estrados de la sociedad dominicana ¨.
Y esto, no exento de dificultades, subsumidas en mi criterio, en ¨un proceso de secularización en el que para muchos, Dios ya no representa el origen y la meta, ni el sentido último de la vida¨, pero hay que hacerlo porque la República Dominicana es ¨un pueblo que tiene un alma profundamente cristiana¨.
La Familia es el objetivo fundamental de la nueva evangelización.
Hay que condenar el hedonismo y la indiferencia religiosa. Hay que apoyar a la Familia, porque ésta es ¨el ámbito donde la persona nace, crece y se educa para la vida, y donde los padres, amando con ternura a sus hijos, los van preparando para unas sanas relaciones interpersonales que encarnen los valores morales y humanos...¨
Las autoridades deben trabajar en favor de la Familia, defendiéndola del drama del divorcio, del aborto y de uniones no acordes con el dominio del Creador sobre el matrimonio, el cual, siempre hay que defender.
Hay que promover a la Familia. Ha de ser obra de obispos, seminaristas y compromiso de todo el pueblo fiel.
Es necesario que los seminaristas se formen de manera integral, de idoneidad humana y cristiana para el mejor desempeño de su futuro ministerio.
Lo mismo con los laicos, que tengan una formación religiosa que los capacite para enfrentar los retos de la sociedad actual.
A los laicos les toca difundir el evangelio, promover los valores humanos y cristianos, para instaurar un orden social más justo y equitativo, según la Doctrina Social de la Iglesia.
Los laicos han de dar ejemplo de honestidad y transparencia en la gestión de sus actividades públicas y privadas frente a la solapada y difundida lacra de la corrupción.

Fuente: VIS 070705 640

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo