martes, 3 de julio de 2007

La jornada de trabajo y su reducción

Numerosas son las opiniones sobre un tema delicado e importante tanto para el trabajador como para el empleador, entiéndase, empresa.
Una, que los países con jornada laboral más corta consiguen mayor productividad por hora trabajada.
Tiene sentido, por qué ?
Porque la persona se vigoriza. El tiempo libre lo puede dedicar para descansar y ese es el efecto.
Además, puede dedicar el ocio a la espiritualidad, a amar a Dios si es creyente; puede hacerse más sociable; ver más a la familia y a sus amigos, incluso, a tener una vida dedicada a los asuntos comunales.
Los accidentes laborales se reducen. Es obvio, porque el trabajador puede estar en mejores condiciones físicas y mentales para estar atento a su trabajo.
La reducción del horario de trabajo afecta a las empresas.
Por eso es delicado el tema.
Por qué les afecta ?
Porque se hacen menos competitivas. Los gastos se elevan.
El tema lleva a la propuesta de una iniciativa global.
Cuál ?
Que se establezcan acuerdos internacionales de fijación de horarios.
Estarían de acuerdo aquellos países donde no hay limitación alguna en cuanto a la duración de la jornada laboral ?
La OIT revela excesos en la jornada laboral de países como China.
China estaría de acuerdo con esa política ?
Estados Unidos estaría conforme con la reducción de horario ?
El tema es candente. No es nuevo; pero ahora, ha tomado actualidad ante la globalización y sus efectos que llevan a un desempleo cada día más en aumento.
Será ese desempleo la causa o una de las causas de la propuesta de esta política ?
Lo cierto es que trabajar menos y ganar menos beneficiaría muy poco al trabajador y su familia; y a la empresa, como empleadora, le tocaría pagar menos. Y esto último, no es sólo por cuestiones de que el empleador quiera todo para él, lo que no es descartable, sino porque en puridad los gastos elevados lo llevarían a tener que rebajar los sueldos.
El tema no es fácil.
A los gobiernos les lleva tiempo poder aplicar una política de esta naturaleza, si actúan con sensatez. Les llevaría el tener que adecuar el aparato productivo nacional para establecer la reducción de la jornada laboral que, según la OIT, será de seis horas diarias y 36 semanales.
Lo cierto de todo, como buena noticia, opuesta a las jornadas excesivas, es que se han logrado avances para regular las horas de trabajo en los países en desarrollo y transición.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo