Yo soy VENEZOLANO, nacido en Maracaibo, estado Zulia y digo ¡Que
molleja! ¡Vergaciooon! Rafael Inciarte Bracho.
@eeetiempo
Nosotros hubiéramos sido graciteños de haber persistido el
nombre Tierra de Gracia que, fervorosos creyentes católicos, encabezados por
Colón, le dieron a estas hermosas y bellas tierras, no más al verlas.
Poco duró ese gentilicio y menos aún, el nombre Paria.
A Américo Vespucio le toca el honor y la gloria de haberlas
bautizado con el nombre de Venezuela: pequeña Venecia, ésta, gran ciudad del
Adriático. Por cierto, que ello ocurrió cuando divisó las precarias veinte
casas construidas sobre las aguas del golfo de Coquivacoa.
Uslar Pietri afirmó que ese nombre brotó por azar, sin
escribano ni acta, en un olvidado rincón del Lago de Maracaibo, que es eterno.
Que se olviden los que, supuestamente, tuvieren pensando en cambiarlo por
Cubazuela.
Si algo debemos buscar en el tiempo, desde que nace
Venezuela, son los aspectos positivos de la venezolanidad. Con palabras de
Augusto Mijares, lo afirmativo venezolano, conjugando las pequeñas acciones,
las más sencillas y humildes obras, que son hazañas heroicas de nuestro pueblo, con las grandes gestas, es decir, combinando
lo peculiar con lo universal, para definir nuestra identidad.
Hablando de buscarlas en el tiempo, las destaco en el
presente. Como el venezolano, que somos todos, sin distingos de ningún tipo,
sale a trabajar, a luchar, a bregar, en condiciones hostiles, en medio de malos
servicios de transporte, con inseguridad e inflación incontenible. Son millones
los seres que lo hacen. Yo elevo a la máxima dignidad lo positivo venezolano y
no me detengo en sus reales o presuntos defectos, corregibles con buena y
excelente educación para todos. Creo en el venezolano. Tengo esperanza en su
afán por hacer de Venezuela un mejor país, donde cabemos todos.
Tenemos virtudes que prevalecen: Honradez, abnegación, decoro
ciudadano, buen humor, y sincero deseo de trabajar por la patria. Contamos con millones de personas que luchan
por la inclusión y no la exclusión.
Veamos a Venezuela a través de sus virtudes. Veamos al
venezolano como un ser inteligente, amistoso, hospitalario, amable, jocoso, que
deja las cosas para última hora y las hace, y confiemos plenamente en su
fuerza. Es esperanza de libertad y civilidad.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo