lunes, 25 de octubre de 2010

Los resultados del 26-S y sus perspectivas

Pasado el 26-S. Conocidos los resultados, se impone decirle a sus actores, tanto chavismo como a la oposición – la Mesa de la Unida democrática, principalmente – que hay que tejer, con hilo grueso, la Gran Unidad Nacional. El país lo planteó con sus votos y con su abstención ese domingo jubiloso, en clima de paz y tranquilidad, que sólo se vio turbado con el retraso sospechoso del CNE para dar los resultados.
Me propongo en estas notas sostener lo siguiente.
A nadie debe constituir motivo de triunfalismo su victoria. Al contrario, no debe ninguno de los actores subestimar a otros.
Se deben aprovechar, estos días post electorales, para tender puentes para lograr la Unidad Nacional y la reconciliación entre todos los Venezolanos, en un clima de diálogo y de respeto mutuos. La próxima Asamblea Nacional es plural, propicia para ese ambiente.
Tanto en el chavismo, como en la oposición, hay políticos ponderados, equilibrados y serios que deben estar pensando y actuando, desde ya, en esa dirección. No significa de parte de ninguno, dejación de principios ni de posiciones partidistas.
La arrogancia donde se encuentre no es buena consejera.
A la bancada oficialista le conviene dialogar con todos los venezolanos. Es falso que la oposición sea toda de pitiyanquis, apátridas, escuálidos, ricos, golpistas y oligarcas; ni siquiera en número importante.
José Vicente Rangel dice que tal caracterización es “deplorable” (El laberinto electoral. Panorama. Maracaibo, 11 de octubre de 2010), en un mensaje que no es a García.
La oposición debe dialogar con esa bancada. No asumir sino una postura: la de procurar la Unidad Nacional con un proyecto país viable, realista y realizable, aceptando lo positivo que haya en beneficio del pueblo.
Venezuela está poniendo un límite de confianza a los políticos y gobernantes de uno y otro sector. No quiere llegar a manifestar con una inmensa pancarta que diga “políticos traidores”, como la que, a través de la tv, viera en la manifestación que paralizó, recientemente, a Madrid. Quiere gobernantes que le cumplan. Quiere a políticos y gobernantes que honren su palabra como, hiciera, el presidente Piñera, ante los mineros y pueblo chilenos, y ante el mundo.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo