sábado, 27 de octubre de 2007

Ante la Exhortación del Episcopado Venezolano sobre la propuesta de Reforma Constitucional

Afirmo categóricamente que los Arzobispos y Obispos de Venezuela tienen el derecho y el deber de opinar ante un tema que angustia a la población.
Elos actúan fundandose en los principios y criterios del Evangelio, de la Doctrina Social de la Iglesia y de los numerosos documentos emanados de la CEV. Por tanto, no procede descalificación apriorística sino estudio de su Exhortación. Es lo prudente.
Como católico expreso mi opinión. Es un deber.
La constitución que resultará, de ser aprobada, es inconstitucional. Por qué ?
Porque tanto la propuesta presidencial, como lo anexado y aprobado por la AN, violan el artículo 342 de la Constitución vigente, es decir, la de 1999, la mejor del mundo, según Chávez. Y lo transgrede porque modifican la estructura y principios fundamentales del texto constitucional.
La CEV puede iluminar con su exhortación a católicos y personas de buena voluntad en lo precitado y esa es la intención al sostener que esa constitución resultante de un procedimiento viciado, no puede llegar a ser patrimonio de los venezolanos ni puede fomentar la convivencia pacífica entre éstos.
Lo que procedía era convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.
Los dignatarios de la Iglesia, sintetizan su exhortación en los siguientes puntos:
1. El proyecto presentado a la consideración del pueblo venezolano, debido a la radicalidad y profundidad de los cambios introducidos en la estructura del Estado, va más allá de una reforma.
2. La proposición de un Estado Socialista es contraria a principios fundamentales de la actual constitución, y a una recta concepción de la persona y del Estado.
3. La propuesta de reforma excluye a sectores políticos y sociales del país, que no están de acuerdo con el Estado Socialista, restringe las libertades y representa un retroceso en la progresividad de los derechos humanos.
4. Vulnera los derechos fundamentales del sistema democrático y de la persona, poniendo en peligro la libertad y la convivencia social.
Esa propuesta es inaceptable a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.
La exhortación responde a una posición ciudadana, apegada al Evangelio y a la Doctrina Social de la Iglesia.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo