lunes, 3 de agosto de 2015

La promoción de la paz es a tiempo y a destiempo

Desde mi Cátedra Virtual, para estos tiempos tensionales, promuevo la Paz a tiempo y a destiempo. Ojalá se plieguen numerosas personas a esta iniciativa para el bien de nuestra amada Venezuela, el país más bello del mundo. Tengamos presente que la “Paz y la violencia no pueden habitar juntas, donde hay violencia no puede estar Dios” (1 Cro 22, 8-9).
No ignoro la existencia de razones más que suficientes y justificadas para la desesperación y la violencia. Oremos con la fe y la esperanza de no ver sumido al venezolano en guerra. Resistamos, con suma paciencia, protestemos, no caigamos en provocaciones del tenor que sean, provinieren de donde sea, hasta llegar al 6D: El voto consciente debe inundar las urnas electorales por una Venezuela libre y de todos los venezolanos.
Recordemos el Evangelio que nos enseña que “la paz es mucho más que la simple ausencia de guerra; representa la plenitud de la vida” (Mt 2, 5) y entre todos, en Unidad Nacional, la vamos a alcanzar. Venezuela pronto se enrumbará por un camino de bienestar y prosperidad, donde serán muchas las inversiones para su construcción. Invito a los jóvenes principalmente, con todo respeto a una opinión distinta, a quedarse, a luchar por la madre enferma, ayudarla a curarse, y a aprovechar los millones de oportunidades que vendrán para el país. Es la bendición de Dios que genera fecundidad,  bienestar (Is 48, 18-19), ausencia de temor (Lv 26, 6) y alegría profunda (Pr 12, 20).
Ya se avecina el tiempo donde “amor y verdad; Justicia y Paz se abrazarán” (Sal 85, 11). Tiempo de convivencia social. De la presencia del “Príncipe de la Paz” en nuestros corazones.
¿Quién es ese “Príncipe de la Paz”? Jesucristo, nuestro único salvador.

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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo