“Si vienen a tus manos las riquezas, no pongas en ellas tu corazón” Josemaría Escrivá de Balaguer.
Benedicto XVI, un joven de 85 años, acaba de dar unas declaraciones que me propongo glosar.
Lo hago de la siguiente manera:
1.- La miseria coexistiendo con grandes riquezas. “Revueltas” seguras de los pueblos ante la injusta distribución de las riquezas.
2.- Una vida digna. “Las desigualdades no permiten una vida digna”.
3.- Pobreza espiritual y material. Han surgido nuevas formas dramáticas de pobreza en el mundo actual.
4.- Movilización mundial. Para “afrontar”, dentro de la justicia y la solidaridad, todas las amenazas al hombre, la sociedad y el ambiente.
5.- No basta el sólo crecimiento económico. Hay que “armonizarlo con los vínculos sociales, la gobernabilidad democrática y el respeto por la naturaleza”.
6.- La pérdida de valores espirituales. ¿Cuál es la consecuencia? El vacío, “que hace que la vida sea más difícil” porque se pierde el discernir entre el bien y el mal.
7.- Los jóvenes y los “paraísos artificiales”. Estos conducen a la destrucción. Son las drogas, el consumismo y el materialismo.
8.- La mayor pobreza. Es la falta de amor. Porque sin grandes recursos materiales es posible ser feliz; pero ¡ojo! “sin grandes recursos…” Sino hay estos, viene la miseria y la desesperación. Yo siempre he tenido sobre mis libros de oración y el de La imitación de Cristo de Kempis, la siguiente oración: Líbrame Dios mío de mis necesidades. Pienso en San Francisco de Asís y la hermana pobreza.
9.- La misión en la vida. Es vivir una vida de apertura a Dios, de practicar valores como la justicia y la solidaridad. Para cultivar esos valores hay que ser religioso, porque la religión permite “conocer en el otro un hermano”.
10.- La libertad religiosa. Los Estados la deben respetar. Estos deben promulgar leyes sociales que disminuyan las desigualdades para evitar “revueltas” en los que sufren la miseria y la pobreza en sus viejas y nuevas formas.
11.- Una sociedad sobria. Que la sobriedad permita reducir la pobreza y acabar con la indiferencia y el egoísmo.
Estas declaraciones del Santo Papa las leí en La Verdad, y fueron vertidas al mundo en crisis el 4 de mayo del año que riela.
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Rafael Inciarte Bracho
Escritos en el Tiempo